To Cartagena we set sail!
Alestorm es un grupo escocés de folk metal que lo mismo te canta sobre una borrachera, que te cuentan con todo lujo de detalles un acontecimiento histórico con flotadores e hinchables con forma de patito. Siempre han demostrado que el sentido del humor y el cachondeo no están reñidos con la buena música, incluso cuando tratan temas tan serios como el asedio a Cartagena de Indias en 1741, como ocurre en la cuarta canción de su álbum Sunset on the Golden Age (2014) que lleva por título 1741 (The Battle of Cartagena).

El título de la canción no deja lugar a dudas, nos remontamos al siglo XVIII: tras la Guerra de Sucesión española (1700-1715), que había involucrado a la práctica totalidad de las potencias europeas, Gran Bretaña se alzó como la fuerza hegemónica no solo por sus posesiones territoriales sino porque se le concedió el «asiento de negros», el permiso para vender esclavos en América, y el «navío de permiso», el permiso para comerciar con las colonias españolas en América. Ambos habían sido hasta entonces privilegios reservados a la Corona española.
Comenzó entonces un período de creciente tensión entre el Imperio español, que buscaba recuperar algunos de los territorios y privilegios perdidos, y el Imperio británico, que trataba de aprovechar la decadencia española para aumentar su poder. Así, hubo roces continuos por territorios perdidos por España como Menora y Gibraltar, por la actividad comercial legal e ilegal de Inglaterra en las colonias españolas y los problemas fronterizos en América del Norte. Finalmente, toda esa tensión cristalizó en la llamada guerra del Asiento (1739-1748), que transcurrió en su mayor parte en el Caribe y que tuvo en el sitio de Cartagena de Indias uno de sus momentos de mayor trascendencia.
La letra de la canción es tan detallada, que intentaremos hacer un análisis pormenorizado para desentrañar los acontecimientos que nos narra, aunque sin perder de vista que Alestorm son escoceses y, por tanto, lo cuentan desde un punto de vista británico.
Sailing the raging seas
To distant lands unknown
Porto Bello fell in a day
Now Britannia rules the waves
Ya tenemos la primera alusión a un acontecimiento: Porto Bello (para nosotros a partir de ahora Portobelo) cayó en un día, dice la canción. Portobelo era uno de los puertos más importantes para el comercio español, en especial para la salida de la plata, pero también para el tráfico de esclavos. Su ubicación al norte del istmo de Panamá, aunque aún no existía el canal, lo convertía en un punto estratégico importantísimo. Por todo ello, no debe sorprendernos que se convirtiera en uno de los primeros objetivos de los navíos británicos.

Portobelo cayó con sorprendente facilidad, como dice la canción, en solo un día (entre el 20 y el 21 de noviembre de 1739). Al parecer, la incompetencia del gobernador había expuesto la ciudad y había dado lugar a la destrucción total del puerto.
Podría parecer que, por la alusión de la canción, Britannia era un buque. Y si bien es cierto que ha habido varios navíos ingleses con ese nombre y de hecho el propio Vernon sirvió en uno como alférez, en este caso parece que se trata más bien de una alegoría a Gran Bretaña. De hecho, fue la victoria en Portobelo la que inspiró el celebérrimo himno Rule Britannia, compuesto en 1740 y que dice precisamente: «Rule, Britannia! Britannia, rule the waves».
Thirty thousand men at arms
Red Ensign in the sky
To Cartagena we set sail
With blood and plunder we’ll prevail
«Dadme seis barcos y tomaré Portobelo», había dicho el almirante Vernon ante el Parlamento británico antes de partir. «¡Tomad once y someted Cartagena!», respondió el Parlamento.
Las noticias que llegaban de Portobelo hacían presagiar que se avecinaban tiempos difíciles para Cartagena de Indias, un puerto de aún mayor importancia que el de Portobelo ubicado al norte de la actual Colombia. Tal y como advierte la canción, ahora el objetivo era Cartagena.
Twice struck, and twice we’ve failed
But third time works a charm
The greatest fleet the world has seen
To fight the War of Jenkins’ Ear
Llegados a este punto de la canción, parece que aquí puede haber un poquito de lío. En ella se habla de tres ataques, dos en el pasado y uno que se avecina. Efectivamente, los británicos lanzaron contra Cartagena tres ataques: marzo de 1740, mayo de 1740 y marzo-mayo de 1741. Y los tres, como puedes ver, son posteriores a la destrucción del puerto de Portobelo. Si la canción trata el tercer ataque, como parece indicar, han metido la alusión a Portobelo quizá para darse algo más de importancia, porque efectivamente hubo otros ataques a esa ciudad, pero el ataque del que hablan en los versos anteriores es el de 1739.
Podría parecer que también se han venido un poco arriba con lo de «la flota más grande que el mundo ha visto», sin embargo, hay quien así la cita: casi 200 barcos y alrededor de 30.000 hombres (como se indicaba al inicio de la canción). Aunque estas afirmaciones en historia siempre son difíciles de hacer.

Y aquí llega un punto interesante: «para luchar la guerra de la Oreja de Jenkins». Resulta que la guerra del Asiento, recibe ese otro nombre en el mundo anglosajón. Ya hemos dicho que había varios motivos para la guerra, sin embargo, el detonante fue un episodio protagonizado por un contrabandista inglés, Robert Jenkins. Este hombre, junto a su barco y su tripulación, fue apresado en las costas de La Florida española, en América del Norte, por un buque español. En su encuentro, el capitán español cortó de tajo la oreja a Jenkins y le dijo que haría lo mismo al monarca británico si continuaban con sus actividades de contrabando. Jenkins regresó a Londres, donde consiguió ser escuchado por el Parlamento, que días después declararía la guerra a España.
Waters lash across the bow
Through Caribbean Seas
The year is 1741
The final battle has begun
Los barcos avanzan por tercera vez hacia Cartagena de Indias, y en marzo de 1741 llega la batalla final. Y llega también el estribillo:
The skies are burning with thunder
The seas are ablaze with flame
Set the course for Cartagena
The sands of time will remember our names
Estos versos se repiten una vez en el estribillo pero cambiando la última frase por una que viene muy bien para la temática de nuestro blog: History is written today («la historia se escribe hoy»).

Across the sea-lashed deck
Our captain gives a cry
«Cartagena lies ahead
The Spanish foe will soon be dead!»
Y llegamos a la parte graciosa del tema: «el enemigo español pronto morirá», exclama el capitán con Cartagena al frente. En este punto de la canción, durante los conciertos en España en que la han interpretado, han parado a veces para hacer alguna broma y rebajar la tensión.
Portents of coming doom
Engulf the battle line
High above, the heavens sigh
A red light burning in the sky
Se ponen poéticos y llega una pequeña parte instrumental antes de que unas voces guturales digan:
An omen of dread
Which no man can deny
The legends hold true
We must turn back or die
Superstitious fools
Be gone from my sight
Blast the trumpets of war
And prepare for the fight
Se habla en estos versos de leyendas, de extrañas creencias y se llega a hablar de idiotas supersticiosos. En realidad tampoco es que se pongan muy poéticos los amigos de Alestorm, sino que, como en cualquier otro relato cargado de epicidad, en las crónicas que se refieren al sitio de Cartagena se citan varias supersticiones y creencias, tanto del lado español como del lado británico. El ataque a Cartagena comenzó el lunes 13 de marzo de 1741. El lunes era un día de la semana que dividía a los españoles, unos lo consideraban un día de buena suerte, otros un día funesto, pero con el 13 había consenso entre británicos y españoles para considerarlo un día de mala suerte. Tampoco ayudaba a los británicos que fuera la tercera vez que atacaban la ciudad, habiendo perdido estrepitosamente las dos primeras ocasiones.
Encaramos el final de la canción:
Hard to starboard
Man the cannons
And on my command, unleash hell!
FIRE! Show them your steel
Bring them to death on the battlefield
Ride on the wind, and conquer the foe
The legends be damned, to our deaths we will ago
«Todo a estribor, hombres a los cañones, y a mi orden, ¡desatad el infierno!». Estamos en la parte más épica de la canción y «¡Fuego!», gritan a coro los componentes del grupo.
Da la sensación de que se libró una gran batalla conforme los navíos arribaron a Cartagena, sin embargo, los británicos no estaban dispuestos a perder una tercera vez, así que se dispusieron a llevar a cabo un bloqueo. Vernon dio la orden de bloquear el puerto y empezar a rodear los fuertes que protegían la ciudad.
Cartagena estaba defendida por un contingente español diez veces menor que el británico. Al frente de la defensa se encontraba el almirante Blas de Lezo, un veterano vasco al que los años le habían pasado factura, pues se había quedado manco, cojo y tuerto, motivo por el cual lo habían apodado «Mediohombre». Sin embargo, no era la primera vez que Vernon se medía con él y sabía que no debía menospreciarlo.

Efectivamente, lo que parecía que se resolvería rápidamente se acabó convirtiendo en un asedio que se prolongó más de dos meses (del 13 de marzo al 20 de mayo).
Aunque no se habla de la derrota en la canción, el último verso antes de que vuelva a sonar el estribillo nos deja claro el destino de los británicos: «The legends be damned, to our deaths we will ago», a la mierda las leyendas, vamos hacia la muerte.
Pese a su inferioridad numérica, los españoles, gracias sobre todo a la experiencia e ingenio de Blas de Lezo, consiguieron repeler todas las tentativas de los ingleses. De forma que, sin recursos suficientes para un sitio tan largo, con el paso de las semanas los hombres de Vernon que no morían en batalla lo hacían a causa del hambre y las enfermedades. Así las cosas, las tropas británicas se retiraron el 20 de mayo de 1741 sabiendo que habían sido derrotadas en la batalla más decisiva de la guerra.
Finalmente, a pesar de los siete años más que duró la guerra y de la enorme cantidad de recursos movilizada por ambas partes, la guerra del Asiento terminó sin un claro vencedor, al final del conflicto la situación siguió siendo la misma que al principio. Sin embargo, ambas potencias encontrarían problemas más graves que resolver en sus respectivos territorios que les impedirían retomar un conflicto entre ellas, aunque aprovecharían otras guerras para seguir pinchándose mutuamente.
Bibliografía:
García Rivas, M. (2012). «En torno a la biografía de Blas de Lezo», en Itsas Memoria. Revista de estudios marítimos del País Vasco, 7, pp. 487-522. Untzi Museoa-Museo Naval de Donostia-San Sebastián.
Martínez Laínez, F. y Canales Torres, C. (2009). Banderas lejanas. La exploración, conquista y defensa por España del territorio de los actuales Estados Unidos. EDAF.
Quintero Saravia, G. M. (2016). Don Blas de Lezo. Biografía de un marino español. EDAF.
Thomas, H. (1998). La trata de esclavos. Historia del tráfico de seres humanos de 1440 a 1879. Planeta.
Victoria, P. (2005). El día que España derrotó a Inglaterra. Altera.