Carus de Sekaiza – Salduie y la segunda guerra celtíbera

Carus, líder de Belos
Sangra hoy con ellos
Venga la ofensa a tu hogar
Carus, lucha hoy por Sekaiza
Muéstrales el rumbo
De la victoria por lograr

De esta forma comienza la canción «Carus de Sekaiza» de la banda de folk metal Salduie. El grupo toma su nombre de la ciudad sedetana del siglo III a. C. que se situaba en la actual Zaragoza, lugar de donde son originarios. Salduie se caracteriza por trasladarnos a la Hispania prerromana y contar las historias de estos pueblos así como sus enfrentamientos con Roma. La canción que analizaremos a continuación es la segunda de su álbum Belos, publicado en 2016 y que nos presenta los acontecimientos que rodearon a Caro de Segeda.

Para este tema hemos decidido analizar las estrofas de forma cronológica para evitar saltos, por lo que están desordenadas. Aquí el lyric video.

Los acontecimientos que narra la canción se enmarcan dentro de las conocidas como guerras celtíberas de los siglos III y II a. C., que se pueden dividir en tres fases: la primera guerra celtíbera o de los lusones; la segunda, en la que participan belos, titos y arévacos; y la tercera guerra celtíbera o de Numancia.

Los celtíberos

¿Quiénes eran los celtíberos? Esta denominación proviene del griego para designar a unos pueblos con características celtas que residían en Iberia. En un principio, el conocimiento que se tenía de estas gentes se hizo por el contacto entre ejércitos que incluían mercenarios celtíberos, por lo que la localización real de estos pueblos era difusa. Será en el siglo III a. C., durante la conquista romana de la península ibérica, cuando los historiadores latinos comiencen a tener verdadera consciencia de la existencia de este pueblo identificándolos así como naturales de un país y no como meros mercenarios de ejércitos que combatían en regiones en la que no habitaban.

El territorio de Celtiberia quedó delimitado como los habitantes del Sistema Ibérico central y sus alrededores. La realidad es que este territorio ha sido cambiante y en él se encuentran grupos culturales diversos. El caso que nos atañe se enmarca en el territorio de los belos.

En rojo los arévacos, en amarillo oscuro los belos y en amarillo los titos. Fuente: Wikipedia.

Pueblo belo, mis hermanos
Por Sekaiza alzad la voz
Que el clamor de la batalla
Estremezca su valor

Sekaiza (también escrita como Sekaisa, Sekeisa, Sekeida) es el nombre celtíbero que tenía la ciudad de Segeda, que se encuentra entre las actuales poblaciones de Mara y Belmonte de Gracián en Zaragoza. Esta ciudad era un oppidum o ciudad que se encontraba en una elevación del terreno y que, además, estaba fortificada.

Esta ciudad se configuró como un lugar de importancia en el siglo II a. C. debido a las acuñaciones de moneda que se relacionan con ella ya que fue la primera de las ciudades celtíberas en emitir moneda.

Moneda de Sekaiza. Fuente: Wikipedia.

Las guerras celtíberas

En el año 180 a. C. Tiberio Sempronio Graco, que por aquel entonces era procónsul de la Hispania Citerior tuvo que acudir en ayuda de la ciudad de Caravis (aliada de Roma) cuando fue asediada por tropas celtíberas. Un año después había pacificado el territorio y firmado tratados con diversos pueblos, entre los que se encontraban los belos y los titos. Estos pactos consistían en la rendición, pago de tributos a Roma y la obligación de aportar tropas al ejército romano.

Apiano nos dice lo siguiente con respecto a estos pactos: «Llevó a cabo tratados perfectamente regulados con todos los pueblos de esta zona, sobre la base de que serían aliados de los romanos. Les dio y tomó juramentos que serían invocados, en muchas ocasiones, en las guerras futuras».

Tras este pacto comienza un periodo de paz conocido como la Pax Sempronia, título que da comienzo al álbum de Salduie. Esta paz fue rota en lo que se conoció como la segunda guerra celtíbera, que tuvo lugar entre los años 154-152 a. C.

Es aquí donde aparece nuestro protagonista: Caro de Segeda, que es la voz que canta la canción en primera persona y dice lo siguiente:

Quinto Fulvio Nobilior, tú
¿Dónde estás?
Pagarás tu opresión
Por mi tierra esclavizar

Altas murallas
Mi ciudad levantará
¡Largo!, !fuera!
Este oppidum es mi hogar

El casus belli de la segunda guerra celtíbera fue el problema con las murallas de la ciudad de Segeda. Esta ciudad, debido a su expansión decidió ampliar la fortificación ya existente. La noticia no gustó en Roma y el Senado prohibió la construcción de las murallas y la exigencia del pago de tributos.

Nombraron casus belli
Los muros de Sekaiza
Declararon la guerra
La liga celtíbera nació ante la invasión

Apiano nos muestra a una población que se ha ido haciendo fuerte y, probablemente, fuera una amenaza para Roma. En su Iberia nos dice que «Esta ciudad forzó a otras más pequeñas a establecerse junto a ella; se rodeó de unos muros de aproximadamente cuarenta estadios de circunferencia y obligó también a unirse a los titos, otra tribu limítrofe». La medida de cuarenta estadios parece exagerada pues se trataría de una ampliación de en torno a 7’4 kilómetros, dando lugar a una ciudad de unas 300 ha, algo improbable teniendo en cuenta el resto de ciudades de la época (Numancia contaba con unas 7’2 ha y Sagunto entre 8 y 10 ha). Existen cálculos que nos dicen que la ciudad de Segeda podría haber llegado a las 17 ha, lo cual la convertiría en la ciudad de más extensión del norte peninsular. Probablemente las causas de la guerra tuvieran más que ver con la amenaza que suponía una ciudad en expansión.

Siguiendo el relato del autor, Segeda se defendió ante el Senado argumentando que los pactos no prohibían la ampliación de la muralla sino la fundación de nuevas ciudades. Además, ya estaban exentos de pagar los tributos acordados.

A causa de esta disputa, Quinto Fulvio Nobilior fue enviado a Hispania a hacer frente a esta rebelión al mando de un ejército de treinta mil soldados en el año 153 a. C.

Foto aérea del yacimiento de Segeda. Fuente: Burillo Mozota, F. (2005). La ciudad celtibérica que cambió el calendario. Fundación Segeda.

¡Belos!

Y aunque buscamos refugio en Numancia
Me eligieron para esta batalla
No hay más opción que lograr la victoria
Te perseguiré hasta el final

Los segedanos huyeron con sus familias de la ciudad al conocer la aproximación del ejército romano y pidieron acogida a los arévacos, quienes los aceptaron entre ellos en la ciudad de Numancia. Fue en este momento en el que Caro fue elegido como líder para luchar contra los ejércitos romanos.

Recordarán con tinta oscura en su historia
Este error colosal
No olvidarán, seis mil cayeron por mi gloria

Tres días más tarde de esta elección, un ejército celtíbero compuesto de veinte mil soldados y cinco mil jinetes (según Apiano) realizó una emboscada al ejército romano, resultando en una contundente victoria celtíbera que se saldó con la muerte de alrededor de seis mil soldados romanos. El ejército de la República tuvo que huir y en la persecución dieron muerte a Caro, a quien Apiano definió como hombre de valor.

Hoy escrito queda el día
En que Roma cambiará
Sus costumbres y sus fechas
Por la guerra declarar

Recordarán con tinta oscura en su historia
Este error colosal
No volverán en Vulcanalia a alzar sus tropas
Tras caer a mis pies

La batalla tuvo lugar el día 23 de agosto, el día en el que se celebraban las Vulcanales, o fiestas en honor a Vulcano, en las que se hacían una serie de sacrificios animales en unas hogueras para que no hubiera incendios en las cosechas. Apiano nos señala que por la derrota sufrida «desde aquel tiempo, ningún general romano quiso comenzar un combate voluntariamente en este día». Como dice Salduie: No volverán en Vulcanalia a alzar sus tropas.

Con la afirmación de Hoy escrito queda el día en que Roma cambiará sus costumbres y sus fechas hay que realizar un análisis más concienzudo. Si seguimos adelante en la canción nos encontramos con la siguiente estrofa que nos da una de las claves a analizar:

Cambiaron las calendas
Por los idus de marzo
Para iniciar el año
Y elegir a su senado

Si bien es cierto que la situación en Hispania provocó que en el año 153 a. C. los cónsules fueran elegidos en enero y no en marzo, esta guerra no fue determinante para el cambio de las costumbres y las fechas en las que se desarrollaba la vida romana. Lo que se adelantó fue el año político, cosa que ya se había hecho con anterioridad. Por otra parte, el año civil y religioso ya llevaba varios siglos comenzando el día 1 de enero (podéis ampliar la información sobre este día en este artículo de Antigua Roma al día).

Recreación en Mara de la batalla entre celtíberos y romanos en vuclanalia. Fuente: Heraldo de Aragón.

Tres días después de esta derrota, Nobilior marchó a Numancia con apoyo de un contingente de trescientos jinetes númidas y diez elefantes enviados por Masinissa, rey de Numidia.

El desarrollo de la batalla era favorable para los romanos hasta que en las murallas, uno de los elefantes perdió el control y comenzó una huida en desbandada de estos animales, provocando el desconcierto del ejército romano que hubo de retirarse con aproximadamente cuatro mil bajas.

Ese mismo invierno el ejército romano sufrió más bajas debido a las malas condiciones climáticas y Nobilior fue sustituido por Marco Claudio Marcelo, quien llegó a la península con un contingente de ocho mil soldados y quinientos jinetes para continuar la guerra. Las victorias de Marcelo y el perdón que ofreció a las ciudades conquistadas fue un aliciente para que otras ciudades pidieran la paz. Marcelo, por su parte, recomendó al Senado romano que considerara volver a los pactos firmados por Tiberio Graco.

Polibio cuenta que los celtíberos enviaron embajadas a Roma para considerar la paz. Tanto belos como titos fueron admitidos dentro de la urbe pero los arévacos no, al considerarlos aún como enemigos, por lo que acamparon a la otra orilla del Tíber.

Tras la negociación, el Senado perdió la confianza en Marcelo debido a su «cobardía» y decidieron enviar a Aulo Postumio Albino y Lucio Licinio Lúculo, quienes se prepararon para entrar en campaña.

La guerra no terminaría aquí, pero si la entrada. Los años posteriores a estas negociaciones entre romanos y celtíberos se mantendría una tensión permanente con continuas agresiones que desembocarían en la última fase de estas guerras: la toma de Numancia. Polibio se refirió a estas guerras como «la guerra de fuego» por «lo ininterrumpido de los choques».

Bibliografía:

Alvarado, A. J. L. (2005). Los celtíberos. Real Academia de la Historia, Editorial Complutense, Universitat d´Alacant / Universidad de Alicante.

Apiano. (2016). Historia romana I. RBA Libros.

Burillo Mozota, F. (2005). La ciudad celtibérica que cambió el calendario. Fundación Segeda.

Campo, J. P. (2005). Polibio, Fabio Píctor y el origen del etnónimo «celtíberos». Gerión, 23(1), 115-136.

¿En qué mes comenzaba el año en la Antigua Roma? • Antigua Roma al Día. (2018, enero 1). Antigua Roma al Día. https://antiguaroma.com/comienzo-enero-roma/

Polibio. (2016). Historias. Libros XVI-XXXIX. RBA Libros.

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