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Sängerkrieg – In Extremo y la lucha por la música

No es la primera vez que hablamos de In Extremo en este blog, y es que la relación de este grupo de folk metal alemán con la historia es mucho más profunda de lo que pueda parecer inicialmente, y estamos seguros de que no tardarán en volver a estas páginas. En esta ocasión los traemos para realizar con ellos un viaje que nos va a llevar a un acontecimiento que no sabemos si es histórico, pero que sin duda es un acontecimiento de la historia de la música: el Saengerkrieg o Wartburgkrieg.

Sængerkrieg es el segundo tema del álbum que lleva el mismo nombre, Sængerkrieg (2008).

Para ello nos trasladamos al siglo XIII, a la región alemana de Turingia. Por aquel entonces lo que hoy conocemos como Alemania era un territorio completamente fragmentado en distintos estados, la mayor parte de ellos regidos por una especie de príncipe que recibía el título de Landgrave. Pues bien, el Landgrave de Turingia a inicios del siglo XIII fue Hermann I, nieto por parte de madre de Federico I Barbarroja.

Hermann I de Turingia. Fuente: Wikimedia.

Hermann I había nacido en torno al año 1155, sus primeros años y la forma en que llegó al poder son algo confusos y se tienen pocas certezas, pero para 1197 ya era Landgrave. Lo que sí se sabe de su actividad como gobernante es que fue un hombre culto, que protegió y patrocinó a artistas de toda clase, pero especialmente a músicos. Su afición por la música le llevó incluso a hacer alguna incursión en el campo, pues a él se atribuye la composición de himnos de música sacra.

Sin embargo, lo que lo trae aquí es un episodio concreto de su vida, la organización de lo que se llamó Sängerkrieg o Guerra de los cantores de Wartburg. Un episodio que aun despierta mucho debate entre historiadores, musicólogos y filólogos, pues existen serias dudas de su veracidad histórica.

El castillo de Wartburg fue la residencia y centro de poder de los Landsgraves de Turingia hasta el siglo XV. Fuente: Wikimedia.

El Sängerkrieg fue un concurso de ministriles (Minnesänger en alemán), una especie de juglares característicos de la Alemania medieval, que organizó Hermann I en su palacio de Wartburg a propuesta de uno de los poetas más conocidos del momento, Heinrich von Ofterdingen, y que pasó a la historia como un gran combate entre músicos. En realidad In Extremo no cuenta el acontecimiento como tal en su canción, sino que lo emplea para establecer un paralelismo entre aquella competición y la competencia que se da en la actualidad en la escena musical, y así lo deja claro desde el primer verso: Damals wie heute zanken die Barden (Entonces como ahora, los bardos se pelean).

No obstante, la canción sí que incluye algunos (pocos) elementos que aluden al acontecimiento. Así, sin ir más lejos, el segundo verso dice: Wie Walter und Neidhardt vor achthundert Jahren (Como Walter y Neidhardt hace ochocientos años). Se está refiriendo a Walther von der Vogelweide, el que está considerado el poeta en lengua alemana más importante de la Edad Media, y uno de los más importantes de la historia alemana, y que supuestamente habría sido uno de los contendientes en el concurso.

Miniatura de Walther von der Vogelweide en el Codex Manesse. Fuente: Universitäts-Bibliothek Heidelberg .

Pero es que son precisamente los participantes los que arrojan dudas sobre la veracidad de los hechos: las fuentes que se refieren a tal acontecimiento son en realidad de naturaleza literaria, lo cual ya dificulta su análisis y contextualización. Tal es el caso del Codex Manesse, una recopilación de canciones de amor del siglo XIV que recoge estos hechos. Además, en ellas aparecen poetas y músicos que sí que existieron y que, de acuerdo a la cronología, pudieron participar, como ocurre con Walther von der Vogelweide. Pero también se citan otros personajes que o bien son puramente ficticios o, por fechas, no pudieron coexistir con los demás citados.

En cualquier caso, según la leyenda, el concurso enfrentó a seis de los mejores poetas y juglares de la época y se prolongó durante meses, llegando incluso a valerse de trucos y engaños para hacerse daño los unos a los otros. Todos debían componer e interpretar loas a los nobles que les servían de anfitriones, pero sirviéndose de esas malas artes, algunos consiguieron que sus oponentes acabasen ofendiendo al Landgrave de Turingia. Así fue en el caso de Heinrich von Ofterdingen, que llegó a ser condenado a muerte pero logró la protección de la esposa del Landgrave conmutando su pena por un año de suspensión.

La propia canción de In Extremo dedica la mayor parte de sus versos precisamente a hablar de esa competencia sucia, llegando a comparar a los músicos con cerdos, y poniéndose ellos mismos como ejemplos de ambición y lucha por alcanzar la cima.

Otra de las cosas que hacen dudar de la veracidad de los hechos es la inclusión de elementos fantásticos, propios de la literatura de la época, como lo es la participación en el concurso de un hechicero, Klingsor, que llegó para sustituir a Ofterdingen tras su derrota, y que al parecer invocó a un demonio durante sus actuaciones para que continuase por él el duelo. Aunque el demonio fue derrotado por Wolfram von Eschenbach.

Miniatura del Codex Manesse en que aparecen el Landsgrave de Turingia y su esposa Sophia (arriba) y los seis participantes en el concurso junto al hechicero Klingsor (abajo). Fuente: Universitäts-Bibliothek Heidelberg.

Quizá a estas alturas hayas relacionado el nombre de Tannhäuser con estos hechos, y es que la ópera de Wagner que lleva por título su nombre ambienta su segundo acto precisamente en la Sängerkrieg de Wartburg (también cabe la posibilidad de que su nombre solo te sonase por la mención que se hace a la Puerta de Tannhäuser en la película Blade Runner). Sin embargo, Tannhäuser, a pesar de ser otro de los trovadores más conocidos de la Edad Media alemana, es algo posterior a estos hechos y no aparece citado en las fuentes. Fue Wagner quien estableció la relación entre las leyendas en torno a su figura y la leyenda de la Sängerkrieg de Wartburg.

En realidad resulta realmente complicado tratar de concretar algo o deducir alguna certeza en torno a esta competición musical, sin embargo la realidad es que la Sängerkrieg fue continuamente revisitada por la literatura posterior, y ya en la propia Edad Media algunos historiadores la dieron por cierta mientras otros la rechazaron. Y mientras tanto, quienes la relataban iban añadiendo nuevos detalles y cambios que hacen aun más difícil su interpretación. Quizá por ello en la canción de In Extremo se mencione esto para, en ese paralelismo con la actualidad, hablar de que no hay ganadores ni perdedores, porque ni siquiera en la leyenda podemos estar seguros de quién venció. De lo único de lo que podemos estar seguros es de que, como dice la canción: Ein Jeder singt sein eigen Lied / Auf der Wartburg hatten alle Platz. Cada uno cantaba su propia canción, pero había sitio para todos en Wartburg.

In Extremo. Fuente: Wikimedia.

Referencias:

  • Facsímil del Codex Manesse en la Universitäts-Bibliothek Heidelberg.
  • Muro Aristizabal, B. (2012). Der Sängerkrieg auf der Wartburg. El tema de la lid de los poetas y su recepción literaria en Novalis, E. T. A. Hoffmann, Friedrich de la Motte Fouqué y Richard Wagner (Tesis doctoral). Universidad del País Vasco.
  • Henken, J. ««O du mein holden Abendstern» de Tannhauser», en LAPhil.com.

Carus de Sekaiza – Salduie y la segunda guerra celtíbera

Carus, líder de Belos
Sangra hoy con ellos
Venga la ofensa a tu hogar
Carus, lucha hoy por Sekaiza
Muéstrales el rumbo
De la victoria por lograr

De esta forma comienza la canción «Carus de Sekaiza» de la banda de folk metal Salduie. El grupo toma su nombre de la ciudad sedetana del siglo III a. C. que se situaba en la actual Zaragoza, lugar de donde son originarios. Salduie se caracteriza por trasladarnos a la Hispania prerromana y contar las historias de estos pueblos así como sus enfrentamientos con Roma. La canción que analizaremos a continuación es la segunda de su álbum Belos, publicado en 2016 y que nos presenta los acontecimientos que rodearon a Caro de Segeda.

Para este tema hemos decidido analizar las estrofas de forma cronológica para evitar saltos, por lo que están desordenadas. Aquí el lyric video.

Los acontecimientos que narra la canción se enmarcan dentro de las conocidas como guerras celtíberas de los siglos III y II a. C., que se pueden dividir en tres fases: la primera guerra celtíbera o de los lusones; la segunda, en la que participan belos, titos y arévacos; y la tercera guerra celtíbera o de Numancia.

Los celtíberos

¿Quiénes eran los celtíberos? Esta denominación proviene del griego para designar a unos pueblos con características celtas que residían en Iberia. En un principio, el conocimiento que se tenía de estas gentes se hizo por el contacto entre ejércitos que incluían mercenarios celtíberos, por lo que la localización real de estos pueblos era difusa. Será en el siglo III a. C., durante la conquista romana de la península ibérica, cuando los historiadores latinos comiencen a tener verdadera consciencia de la existencia de este pueblo identificándolos así como naturales de un país y no como meros mercenarios de ejércitos que combatían en regiones en la que no habitaban.

El territorio de Celtiberia quedó delimitado como los habitantes del Sistema Ibérico central y sus alrededores. La realidad es que este territorio ha sido cambiante y en él se encuentran grupos culturales diversos. El caso que nos atañe se enmarca en el territorio de los belos.

En rojo los arévacos, en amarillo oscuro los belos y en amarillo los titos. Fuente: Wikipedia.

Pueblo belo, mis hermanos
Por Sekaiza alzad la voz
Que el clamor de la batalla
Estremezca su valor

Sekaiza (también escrita como Sekaisa, Sekeisa, Sekeida) es el nombre celtíbero que tenía la ciudad de Segeda, que se encuentra entre las actuales poblaciones de Mara y Belmonte de Gracián en Zaragoza. Esta ciudad era un oppidum o ciudad que se encontraba en una elevación del terreno y que, además, estaba fortificada.

Esta ciudad se configuró como un lugar de importancia en el siglo II a. C. debido a las acuñaciones de moneda que se relacionan con ella ya que fue la primera de las ciudades celtíberas en emitir moneda.

Moneda de Sekaiza. Fuente: Wikipedia.

Las guerras celtíberas

En el año 180 a. C. Tiberio Sempronio Graco, que por aquel entonces era procónsul de la Hispania Citerior tuvo que acudir en ayuda de la ciudad de Caravis (aliada de Roma) cuando fue asediada por tropas celtíberas. Un año después había pacificado el territorio y firmado tratados con diversos pueblos, entre los que se encontraban los belos y los titos. Estos pactos consistían en la rendición, pago de tributos a Roma y la obligación de aportar tropas al ejército romano.

Apiano nos dice lo siguiente con respecto a estos pactos: «Llevó a cabo tratados perfectamente regulados con todos los pueblos de esta zona, sobre la base de que serían aliados de los romanos. Les dio y tomó juramentos que serían invocados, en muchas ocasiones, en las guerras futuras».

Tras este pacto comienza un periodo de paz conocido como la Pax Sempronia, título que da comienzo al álbum de Salduie. Esta paz fue rota en lo que se conoció como la segunda guerra celtíbera, que tuvo lugar entre los años 154-152 a. C.

Es aquí donde aparece nuestro protagonista: Caro de Segeda, que es la voz que canta la canción en primera persona y dice lo siguiente:

Quinto Fulvio Nobilior, tú
¿Dónde estás?
Pagarás tu opresión
Por mi tierra esclavizar

Altas murallas
Mi ciudad levantará
¡Largo!, !fuera!
Este oppidum es mi hogar

El casus belli de la segunda guerra celtíbera fue el problema con las murallas de la ciudad de Segeda. Esta ciudad, debido a su expansión decidió ampliar la fortificación ya existente. La noticia no gustó en Roma y el Senado prohibió la construcción de las murallas y la exigencia del pago de tributos.

Nombraron casus belli
Los muros de Sekaiza
Declararon la guerra
La liga celtíbera nació ante la invasión

Apiano nos muestra a una población que se ha ido haciendo fuerte y, probablemente, fuera una amenaza para Roma. En su Iberia nos dice que «Esta ciudad forzó a otras más pequeñas a establecerse junto a ella; se rodeó de unos muros de aproximadamente cuarenta estadios de circunferencia y obligó también a unirse a los titos, otra tribu limítrofe». La medida de cuarenta estadios parece exagerada pues se trataría de una ampliación de en torno a 7’4 kilómetros, dando lugar a una ciudad de unas 300 ha, algo improbable teniendo en cuenta el resto de ciudades de la época (Numancia contaba con unas 7’2 ha y Sagunto entre 8 y 10 ha). Existen cálculos que nos dicen que la ciudad de Segeda podría haber llegado a las 17 ha, lo cual la convertiría en la ciudad de más extensión del norte peninsular. Probablemente las causas de la guerra tuvieran más que ver con la amenaza que suponía una ciudad en expansión.

Siguiendo el relato del autor, Segeda se defendió ante el Senado argumentando que los pactos no prohibían la ampliación de la muralla sino la fundación de nuevas ciudades. Además, ya estaban exentos de pagar los tributos acordados.

A causa de esta disputa, Quinto Fulvio Nobilior fue enviado a Hispania a hacer frente a esta rebelión al mando de un ejército de treinta mil soldados en el año 153 a. C.

Foto aérea del yacimiento de Segeda. Fuente: Burillo Mozota, F. (2005). La ciudad celtibérica que cambió el calendario. Fundación Segeda.

¡Belos!

Y aunque buscamos refugio en Numancia
Me eligieron para esta batalla
No hay más opción que lograr la victoria
Te perseguiré hasta el final

Los segedanos huyeron con sus familias de la ciudad al conocer la aproximación del ejército romano y pidieron acogida a los arévacos, quienes los aceptaron entre ellos en la ciudad de Numancia. Fue en este momento en el que Caro fue elegido como líder para luchar contra los ejércitos romanos.

Recordarán con tinta oscura en su historia
Este error colosal
No olvidarán, seis mil cayeron por mi gloria

Tres días más tarde de esta elección, un ejército celtíbero compuesto de veinte mil soldados y cinco mil jinetes (según Apiano) realizó una emboscada al ejército romano, resultando en una contundente victoria celtíbera que se saldó con la muerte de alrededor de seis mil soldados romanos. El ejército de la República tuvo que huir y en la persecución dieron muerte a Caro, a quien Apiano definió como hombre de valor.

Hoy escrito queda el día
En que Roma cambiará
Sus costumbres y sus fechas
Por la guerra declarar

Recordarán con tinta oscura en su historia
Este error colosal
No volverán en Vulcanalia a alzar sus tropas
Tras caer a mis pies

La batalla tuvo lugar el día 23 de agosto, el día en el que se celebraban las Vulcanales, o fiestas en honor a Vulcano, en las que se hacían una serie de sacrificios animales en unas hogueras para que no hubiera incendios en las cosechas. Apiano nos señala que por la derrota sufrida «desde aquel tiempo, ningún general romano quiso comenzar un combate voluntariamente en este día». Como dice Salduie: No volverán en Vulcanalia a alzar sus tropas.

Con la afirmación de Hoy escrito queda el día en que Roma cambiará sus costumbres y sus fechas hay que realizar un análisis más concienzudo. Si seguimos adelante en la canción nos encontramos con la siguiente estrofa que nos da una de las claves a analizar:

Cambiaron las calendas
Por los idus de marzo
Para iniciar el año
Y elegir a su senado

Si bien es cierto que la situación en Hispania provocó que en el año 153 a. C. los cónsules fueran elegidos en enero y no en marzo, esta guerra no fue determinante para el cambio de las costumbres y las fechas en las que se desarrollaba la vida romana. Lo que se adelantó fue el año político, cosa que ya se había hecho con anterioridad. Por otra parte, el año civil y religioso ya llevaba varios siglos comenzando el día 1 de enero (podéis ampliar la información sobre este día en este artículo de Antigua Roma al día).

Recreación en Mara de la batalla entre celtíberos y romanos en vuclanalia. Fuente: Heraldo de Aragón.

Tres días después de esta derrota, Nobilior marchó a Numancia con apoyo de un contingente de trescientos jinetes númidas y diez elefantes enviados por Masinissa, rey de Numidia.

El desarrollo de la batalla era favorable para los romanos hasta que en las murallas, uno de los elefantes perdió el control y comenzó una huida en desbandada de estos animales, provocando el desconcierto del ejército romano que hubo de retirarse con aproximadamente cuatro mil bajas.

Ese mismo invierno el ejército romano sufrió más bajas debido a las malas condiciones climáticas y Nobilior fue sustituido por Marco Claudio Marcelo, quien llegó a la península con un contingente de ocho mil soldados y quinientos jinetes para continuar la guerra. Las victorias de Marcelo y el perdón que ofreció a las ciudades conquistadas fue un aliciente para que otras ciudades pidieran la paz. Marcelo, por su parte, recomendó al Senado romano que considerara volver a los pactos firmados por Tiberio Graco.

Polibio cuenta que los celtíberos enviaron embajadas a Roma para considerar la paz. Tanto belos como titos fueron admitidos dentro de la urbe pero los arévacos no, al considerarlos aún como enemigos, por lo que acamparon a la otra orilla del Tíber.

Tras la negociación, el Senado perdió la confianza en Marcelo debido a su «cobardía» y decidieron enviar a Aulo Postumio Albino y Lucio Licinio Lúculo, quienes se prepararon para entrar en campaña.

La guerra no terminaría aquí, pero si la entrada. Los años posteriores a estas negociaciones entre romanos y celtíberos se mantendría una tensión permanente con continuas agresiones que desembocarían en la última fase de estas guerras: la toma de Numancia. Polibio se refirió a estas guerras como «la guerra de fuego» por «lo ininterrumpido de los choques».

Bibliografía:

Alvarado, A. J. L. (2005). Los celtíberos. Real Academia de la Historia, Editorial Complutense, Universitat d´Alacant / Universidad de Alicante.

Apiano. (2016). Historia romana I. RBA Libros.

Burillo Mozota, F. (2005). La ciudad celtibérica que cambió el calendario. Fundación Segeda.

Campo, J. P. (2005). Polibio, Fabio Píctor y el origen del etnónimo «celtíberos». Gerión, 23(1), 115-136.

¿En qué mes comenzaba el año en la Antigua Roma? • Antigua Roma al Día. (2018, enero 1). Antigua Roma al Día. https://antiguaroma.com/comienzo-enero-roma/

Polibio. (2016). Historias. Libros XVI-XXXIX. RBA Libros.

Wallada la Omeya – Saurom

A menudo, cuando abrimos un libro de historia, es realmente difícil encontrar una mujer que no aparezca completamente sexualizada o adoptando un rol en relación a un hombre, pero esto se hace aún más difícil cuando hablamos de la Edad Media y, más concretamente, de Al Ándalus. Sin embargo, las hubo, y algunas muy importantes, y aunque durante mucho tiempo quedaron silenciadas, algunas comienzan a recuperar el espacio que se merecen, y a esta causa tiene mucho que aportar la música popular.

Afortunadamente, grupos de heavy metal como los gaditanos Saurom, aportan su granito de arena a la causa recuperando una de esas figuras a través de su canción “Wallada la Omeya”, con letra de Narci Lara y música de Raúl Rueda.

La canción «Wallada la Omeya» en el canal oficial de YouTube de Saurom.

Este tema es la séptima pista de su álbum Once romances desde Al-Ándalus, en el que Saurom hace un tributo a su tierra, Andalucía, recuperando poemas y leyendas de autores andaluces como Bécquer, Góngora o García Lorca, o dedicando directamente letras propias a Andalucía y algunas de sus figuras más ilustres, como ocurre con la primera canción, “Reina de la oscuridad”, o este “Wallada la Omeya”.

Portada del disco ‘Once romances desde Al-Ándalus’ de Saurom.

Pero ¿quién fue Wallada? Pues vamos a descubrirlo de la mano de Saurom: la canción comienza con la siguiente estrofa:

Poetisas del mundo

Bienvenidas a esta tierra

Princesa de imperios

Que ni el cielo hace mella

Wallada la Omeya es el nombre con que ha pasado a la historia, aunque su nombre real era Wallāda bint al Mustakfī, y efectivamente alcanzó la fama gracias a su poesía, de ahí que la canción comience dando la bienvenida a las poetisas del mundo a Andalucía. Pero, ¿por qué eso de “princesa”? Pues no se trata de una licencia del grupo, no es un ornamento, sino que Wallada realmente fue princesa.

Nuestra protagonista era hija de Muhammad al-Mustakfī, califa de Córdoba durante un brevísimo período de tiempo, unos diecisiete meses entre 1024 y 1025, bajo el nombre de Muhammad III. Acabó sus días destronado y asesinado por las fuerzas de Yahya I al-Muhtal.

La poetisa heredó de su padre el epíteto de “la Omeya”, pues el califa, al ser bisnieto de Abderramán III, pertenecía a esta dinastía. Sin embargo, Wallada solo era Omeya por parte de padre, ya que su madre era una esclava que servía en la corte. Esto, que puede resultar curioso, era en realidad bastante habitual en la época, y muchos califas andalusíes fueron hijos de califas y esclavas.

Narci Lara, autor de la letra de la canción «Wallada la Omeya» durante un concierto. Fuente propia.

De su educación se encargó el poeta Ibn Hazm, autor de la que probablemente es la obra literaria de más importancia en Al Ándalus, El collar de la paloma. Este, al darse cuenta de la inteligencia de su alumna, en seguida la introdujo en el mundo de la poesía. Y, según se dice, fueron precisamente sus versos los que la salvaron cuando se produjo la caída de su padre. Tanto le gustó la poesía de la joven al nuevo califa, que decidió mantenerla en la corte como invitada.

Siguiendo con la canción, la segunda estrofa nos dice:

Mi fragua es el corazón

Forjo suspiros en añil

Los astros sienten el rencor

De que una dama sea así.

Los confines del silencio

Atesoran mis secretos.

Parece que existe un consenso en la enorme calidad literaria de los versos de Wallada, versos de un carácter muy personal, en los que la cordobesa volcaba todas sus emociones y sentimientos sin censura.

También son varias las fuentes que coinciden en señalar la belleza de esta mujer, quizá de ahí proceda esa referencia al “rencor” que sienten “los astros”. Pero además de su belleza, Omeya poseía otras características que hacían de ella un personaje realmente singular para su tiempo: las fuentes hablan de ella como una mujer realmente libre, que se sentía libre para opinar y actuar, por lo que a menudo sus contemporáneos, e incluso historiadores posteriores, la definen como libertina, ligera, poco cuidadosa, y demás apelativos que, sin duda, obedecen a una visión arcaica de lo que debía ser una mujer.

Un ejemplo claro del carácter y personalidad de Wallada es que siendo muy joven regentó un salón literario que sirvió de lugar de encuentro de los más famosos escritores de la época. Y convirtió su hogar en una escuela para chicas jóvenes, incluidas esclavas.

Así, no debe extrañarnos el alegato que hace Saurom en el estribillo de la canción:

Va demostrando a la vida que puede triunfar

Porque es mujer, mujer…

Va encarando injusticias por la libertad

Mujer, mujer…

Desde luego, Wallada se convirtió en su tiempo en una de las mujeres más respetadas y alcanzó una notable fama gracias a sus versos. Por lo que sí que podemos hablar de un triunfo. De hecho, con la llegada al poder de Abderramán V, este le otorgó un puesto como consejera.

Saurom (con Wyrdamur) durante su concierto en el Leyendas del Rock 2013. Fuente propia.

Sin embargo, su fuerte carácter también se plasmaba en algunos de sus versos, que han sido definidos por literatos de distintas épocas como demasiado soeces, irónicos, violentos, obscenos… motivo por el que quizá su poesía no gozó de tanta repercusión posterior, siendo rechazada en antologías y colecciones.

Las mangas bordadas

Con su lema, su poesía

Merezco grandeza

Gran respeto y cortesía.

En este punto de la canción, Saurom hace mención a un aspecto que siempre se ha dicho de Wallada, y es que la poetisa se hacía grabar sus propios versos en sus vestidos. Concretamente, algunas fuentes se refieren a un dístico que llevaba bordado en la manga izquierda de un vestido que decía: «Por Alá, que merezco cualquier grandeza y sigo con orgullo mi camino«, de ahí el resto de la estrofa. Sin embargo, en la actualidad son varios los autores que ponen en duda la autoría de dichos versos, ya que la historia de Wallada, como veremos, ha sido muy ornamentada en tiempos posteriores.

Filosofía de mujer

Genio sincero y luchador

Reivindicando humanidad

Exhibe su talento atroz.

En efecto, existen motivos para considerar que algunos de los versos que tradicionalmente se han atribuido a ella, en realidad sean añadidos de otros autores en tiempos posteriores. A día de hoy existen tan solo unos pocos poemas que los estudiosos de la materia atribuyen a ella sin dudar, y la mayor parte consisten en sátiras. Pero el acontecimiento que marca su vida y que hace que hoy se dude tanto de buena parte de su obra aparece recogido en los siguientes versos de la canción:

El amor envenenado

No hará ascuas mi reinado.

Ese amor envenenado al que alude Saurom es la relación que la poetisa mantuvo con el también poeta Ibn Zaydūn. Son muchas las relaciones que se conocen de Wallada con hombres, incluso alguna se ha especulado también con mujeres, sin embargo, nunca llegó a casarse. Y de entre todos sus amantes, destacó él, Ibn Zaydūn.

Este hombre accedió a ella a través de sus versos, enviándole poemas, y pronto comenzaron una relación que acabó bastante mal y de la que nos dan muestra los propios versos conservados de la cordobesa.

En la actualidad, en la ciudad de Córdoba existe este monumento que conmemora el amor entre los dos poetas. Fuente: verpueblos.com.

Al parecer, Ibn Zaydūn comenzó otra relación con una esclava, aunque según otras versiones Wallada habría sido la primera en ser infiel. En cualquier caso, existió una infidelidad y una ruptura de lo más tortuosa, ya que Wallada comenzó entonces un acercamiento a quien sería su protector hasta el fin de sus días, Ibn ‛Abdūs, que pertenecía a una facción política contraria a la de Zaydūn, y desde su posición de ministro consiguió que detuvieran al poeta y le arrebataran todas sus posesiones. No obstante, Zaydūn acabaría sus días dedicando versos a Wallada solicitándole su perdón.

Pero Wallada nunca le perdonó, y entre la obra atribuida a ella, encontramos versos que, de forma poco amable, definen a su antiguo amante como «sodomita activo y pasivo, rufián, cornudo, ladrón y eunuco que se prenda de los paquetes de los pantalones».

La relación entre los dos poetas fue tan sonada ya en su época, que pronto empezó a reflejarse en obras de otros literatos que, poco a poco, fueron añadiendo detalles tales como peleas, otras relaciones de infidelidad, encuentros amorosos y, lo que más difícil hace discernir la obra real de la ficticia, diálogos e incluso versos puestos en boca de cada uno de los amantes.

Hasta el final, Wallada mantuvo sus ansias de libertad, las reivindició y las puso en práctica, y eso lo transmitió a algunas de sus discípulas, como su protegida Muhŷa bint al-Tayyānī al-Qurṯubiyya. Sin embargo, el contexto histórico jugaría en contra de mujeres como ella y, si bien Wallada había contado incluso con el apoyo de hombres poderosos como Ibn ‛Abdūs o Abderramán V, sus discípulas deberían enfrentar tiempos más complicados con la llegada de los almorávides, mucho más radicales que los andalusíes del califato y mucho más restrictivos hacia las mujeres. Quizá no sea casual que la muerte de la poetisa se feche en el 26 de marzo de 1091, precisamente el día en que los almorávides consiguen hacerse con Córdoba.

No obstante, ahí queda el legado de Wallada en forma de versos maravillosos, considerados algunos de los de mayor calidad de la Edad Media peninsular y marcados por esa personalidad que muchos han definido como protofeminista y completamente adelantada a su época. Y se agradece que, por un momento, grupos de heavy metal como Saurom dejen a un lado las batallas para hablarnos de personas que, como ella, hicieron enormes aportaciones a nuestra historia y quedaron silenciadas. Ojalá más grupos de música sirvieran para divulgar la labor de las mujeres a lo largo de la historia.

Bibliografía:

Álvarez Palenzuela, V. A. (2011). Historia de España de la Edad Media. Ariel.

Bellido, J. F. (2003). «Wallada Bint Al-Mustakfi», en Actas del IV Seminario de la Asociación Universitaria de Estudios de Mujeres (AUDEM), vol. 2, 2003. Universidad de Sevilla.

Garulo, T. «Wallada bint al-Mustakfi«, en Biografías. Catálogo de biografías de la Real Academia de la Historia.

Garulo, T. (1985). Diwan de las poetisas andaluzas de Al-Andalus. Hiperión.

López de la Plaza, G. (1992). Al Ándalus, mujeres, sociedad y religión. Universidad de Málaga.

Manzano Moreno, E. (2015). “Épocas medievales”. En Fontana, J., y Villares, R., Historia de España. Crítica.

Santa María – In Extremo y Alfonso X El Sabio

Alfonso X fue rey de Castilla entre 1252 y 1284. Su reinado estuvo marcado por la ofensiva contra los musulmanes en el sur andaluz y la costa marroquí, por la represión de las rebeliones mudéjares, pero sobre todo por su candidatura a emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, cuya financiación endeudó a la Corona castellana enormemente.

Sin embargo, no fueron estas acciones las que han quedado en el imaginario colectivo de este monarca, sino su papel como promotor de la cultura y la ciencia, y no es para menos: Alfonso X fue también el patrocinador de la Escuela de Traductores de Toledo, fundó universidades y otras instituciones relacionadas con la investigación y los estudios y, sobre todo, destacó por su propia producción. Escribió obras de Derecho, de astronomía y demás.

Miniatura de Alfonso X en el ‘Libro de los juegos’. Fuente: Wikipedia.

Y donde despuntó el monarca castellano fue en la producción literaria, de la cual destaca como su principal obra Cantigas de Santa María. Considerada una de las obras cumbre de la literatura medieval europea, las Cantigas son un manuscrito escrito en galaico-portugués en el cual el monarca recopiló una serie de poemas que cuentan los milagros realizados por la virgen María. La devoción del monarca por la virgen no era una particularidad suya, sino que encajaba en un contexto de especial devoción mariana en la época.

¿Y qué tiene todo esto que ver con la música en general y el heavy metal en particular? Pues aquí es donde entra el grupo de folkmetal alemán In Extremo, que tuvo a bien coger una de esas cantigas compuestas por el rey de Castilla e interpretarla tal que así:

La canción «Santa Maria» en el canal oficial de YouTube de In Extremo.

Siempre ha existido en el mundo del heavy metal un especial gusto e interés por lo medieval (con más o menos acierto). Pero a mediados de los noventa, ese gusto se convirtió en algo más serio, y ese interés ya no se manifestó únicamente a través de las letras de las canciones o la estética. Algunos grupos de música empezaron a experimentar con melodías extraídas directamente de obras medievales.

Fue precisamente a mediados de los noventa cuando se formó la banda In Extremo, que se incorporó a esta ola y la abanderó en su país natal incorporando instrumentos medievales y apostando por esas melodías.

En agosto de 1999 lanzaron su quinto disco, Verehrt und Angespien, uno de los mejores de su carrera, en el que la práctica totalidad de las canciones se basaban en textos y melodías tradicionales de origen medieval: «Herr Mannelig«, «Pavane«… Y fue cuando apareció la sorpresa para el público español: «Santa María».

«Santa María, Strela do Dia» es la cantiga nº100, probablemente la más conocida de la obra de Alfonso X. Y que en su tiempo debía sonar bastante parecido a esto:

En realidad la melodía es la misma tanto en esta versión más fiel a la composición del monarca como en la versión más metalera de In Extremo. Pero, ¿cómo puede In Extremo o cualquier otro intérprete de música saber cómo sonaba esta canción escrita en el siglo XIII?

Pues es precisamente esta una de las singularidades que hace que la obra de Alfonso X sea tan especial: cada composición en verso del monarca estaba escrita para ser cantada, y para ello a cada cantiga le acompaña su correspondiente partitura, tal y como se puede ver en esta imagen correspondiente precisamente a la cantiga nº100, la escogida por In Extremo para su interpretación:

Página correspondiente a la Cantiga nº100 del manuscrito de las Cantigas de Santa María. Fuente: Biblioteca Digital Hispánica (Biblioteca Nacional de España).

De esta forma, la obra de Alfonso X el Sabio es un auténtico tesoro de la historia de la literatura y, como se puede ver, de la música, que nos permite viajar siglos atrás para saber cómo sonaban las composiciones medievales. Por su parte, In Extremo tuvo a bien llevar a cabo una actualización de la canción, pero respetando su melodía e incluso la lengua en que fue escrita, lo que permitió que más gente se pudiera acercar a la obra de este monarca.

No sería esta la última vez en que el grupo se atreviera a cantar en una lengua peninsular o buscase inspiración en tierras hispanas, pero eso ya es otra historia. Hasta aquí la que, muy probablemente, sea la historia de la primera vez que un texto escrito por un rey castellano acabó siendo cantado por un grupo de heavy metal alemán.

Bibliografía:

González Jiménez, M. (2004). Alfonso X el Sabio. Ariel.

Valdeón Baruque, J. (2003). Alfonso X. La forja de la España moderna. Temas de Hoy.

Cantigas de Alfonso X el Sabio en la web de la Biblioteca Nacional de España (página 312 del documento en pdf para la Cantiga nº100).

Enlaces de interés:

Partitura de Santa Maria, strela do dia, cantiga nº100.

Página oficial de In Extremo (en inglés).

El sitio de Alesia – Eluveitie

Eluveitie es un grupo de folk metal suizo que se caracteriza por el empleo de instrumentos tradicionales centroeuropeos y celtas como la zanfona o la gaita. Sus letras tratan casi en exclusiva de mitología y cultura celta, más concretamente de los pueblos galos que poblaron su tierra, Suiza, y de hecho es habitual el uso de la desaparecida lengua gala en sus canciones. Pero han venido a parar a nuestro blog de la mano de una de las mayores victorias romanas, así que os proponemos un viaje a la Antigüedad para comprender por qué un grupo de folk suizo decide dedicar una canción a este acontecimiento.

Hablamos de la canción «Alesia», decimocuarta canción del disco Helvetios, quinto álbum de estudio lanzado en 2012. Y los hechos que nos narra la canción se remontan al año 52 a. C., a un momento en que Roma llevaba ya más de un siglo tratando de someter a los galos que poblaban los territorios de las actuales Francia, Bélgica, parte de Italia, Alemania y Países Bajos y, claro, Suiza.

La canción «Alesia» de Eluveitie en su canal oficial de YouTube.

La conquista de aquellos territorios se estaba convirtiendo en una empresa costosa para el ejército romano, pero sería un general romano el que le daría el empuje definitivo, Cayo Julio César. Por aquel entonces César acababa de ser nombrado procónsul de esos territorios recién conquistados, pero necesitaba progresar en la política romana para alcanzar sus ambiciosos objetivos, y una forma de hacerlo era añadiendo triunfos y victorias a su currículum. Así, decidió aplicar una política muy agresiva con los pueblos nativos galos que le permitiera regresar a Roma habiendo sometido toda la Galia de forma definitiva.

Mientras Julio César conseguía reunir a un ejército formado por varias legiones, milicias provinciales y mercenarios, los galos organizaron una gran confederación de tribus al frente de la cual pusieron al líder de los avernos, Vercingétorix, uno de los principales promotores de la unión frente a los romanos. Comenzó así el enfrentamiento entre las tropas romanas de César y las galas de Vercingétorix. Eluveitie tiene otras canciones dedicadas a Vercingétorix y a la Guerra de las Galias como «Kingom Come Undone» o «Carnutian Forest«.

Estatua de Vercingétorix levantada en el siglo XIX en el lugar donde estuvo Alesia. Fuente: Wikipedia.

Curiosamente, una migración fue el detonante de la alianza y el último gran enfrentamiento galo-romano: en el año 58 a. C. los helvecios, la tribu celta que poblaba la actual suiza y que da nombre al disco en que se incluye la canción, se vieron obligados a migrar a causa de las presiones de los pueblos germanos sobre su territorio. César, alegando que acudía para proteger a los galos del empuje germano para que no corrieran la misma suerte que los helvecios y de paso contener a estos, desplazó a sus tropas y llevó a cabo una invasión en toda regla de la Galia.

Tras restablecer las fronteras y asegurarlas, el ejército romano se estableció en el territorio ocupado y poco a poco fue imponiendo sus políticas, lo que fue despertando a la resistencia gala. Hubo varios levantamientos contra las presiones fiscales que fueron duramente reprimidas por las fuerzas de César. Algunas de estas rebeliones llegaron a desembocar en la extinción de tribus completas, cuyos individuos acababan ejecutados o convertidos en esclavos.

Vercingétorix aprovechó estas circunstancias para lanzar discursos contra el dominio romano que acabaron recalando en las distintas tribus que le fueron brindando un apoyo que desembocó en la formación de esa gran confederación ya en el 52 a. C.

Comenzó entonces un levantamiento por casi toda la Galia que en la primavera de aquel año dio lugar a una persecución contra los galos comandados por Vercingétorix por parte de las tropas romanas. La estrategia del galo pasaba por evitar un enfrentamiento directo y tratar de ir debilitando y agotando a los romanos aplicando tácticas como la tierra quemada. No obstante, se dieron a lo largo de los meses varias batallas y asedios. Y mientras tanto, más tribus se sumaban a la causa de Vercingétorix.

En verano, César llevó a cabo una reorganización de sus fuerzas que le permitió enfrentarse a los galos de forma más ágil y rápida, lo que obligó a las fuerzas de Vercingétorix a abandonar su estrategia y reunirse en Alesia.

Alesia era el nombre del principal oppidum de la tribu de los mandubios, es decir, una fortificación en un punto elevado que en este caso hacía las veces de capital de este pueblo. Allí se refugiaron los rebeldes galos y desde allí enviaron peticiones de auxilio a todos los pueblos aliados.

La canción de Eluveitie comienza con un tono relajado y la suave voz de Anna Murphy describe el que podría ser el momento en que los de Vercingétorix cruzan las puertas de la ciudad, aunque también podría corresponder a otro momento que veremos más adelante.

The grass was as green as it always was that sinister day

(La hierba era tan verde como siempre aquel día siniestro)

The blackbirds sang their songs as they always did that black-letter day

(Los mirlos cantaban sus canciones como siempre aquel día ominoso)

We passed the great gate for the very last time

(Atravesamos la gran puerta por última vez)

I did not look back, I knew we’d stay

(No miré atrás, sabía que nos quedaríamos)

En lugar de atacar directamente la ciudad, César decidió sitiarla. Para ello se inspiró en el asedio de Numancia que llevó a cabo Publio Cornelio Escipión, distribuyó a sus legiones en campamentos de campaña que rodearon toda la fortificación, de forma que los galos quedaron completamente aislados, no solo sin escapatoria, sino también sin acceso a recursos básicos para su supervivencia.

La situación se extendió durante semanas, durante las cuales, lejos de aflojar su cerco, los romanos unieron sus campamentos con unas grandes murallas con torres distribuidas de forma regular a lo largo de todo el cerco.

Reconstrucción de las murallas, torres y fosos romanos en el actual Museo-Parque de Alesia. Fuente: Wikipedia.

En la sexta semana, las reservas de alimentos de Alesia eran ya insuficientes para mantener a toda la población, de forma que las autoridades galas decidieron expulsar de la ciudad a todos los civiles que no pudieran luchar, muchos de ellos miembros de sus propias familias: ancianos, mujeres, niños, discapacitados… De esta forma, el problema de su sustento pasaba a ser de los romanos, pero cuando los expulsados tocaron a las puertas de César ofreciéndose incluso como esclavos, este los rechazó, pues sabía que no tenía alimentos suficientes para sus tropas y para ellos, así que alrededor de unas 10.000 personas acabaron muriendo de hambre entre Alesia y los campamentos romanos. Se trata, sin lugar a dudas, del momento más trágico de todo este episodio y del que muy probablemente nos hable en realidad la canción. Esto es al menos lo que parece cuando los guturales de Chrigel Glanzmann irrumpen en la canción para acompañar a la voz de Murphy):

I knew they would not let us go leave the death strip

(Sabía que no nos dejarían abandonar la franja de la muerte)

I saw the gleam in their eyes of fear and enslavement

(Vi el reflejo de temor y esclavitud en sus ojos)

Suffering from the crushing weight

(Sufriendo por el peso aplastante)

I knelt ground take me home

(Supliqué que me llevaran a casa)

Y llega estribillo al grito de «Alesia, Alisanos«. Alesia ya sabemos que es el nombre de la ciudad, y Alisanos, aunque a los españoles nos pueda sonar así, no es un gentilicio, sino el nombre de un dios galo que algunos estudios relacionan directamente con esta localización, de forma que sería un dios local cuyo culto se extendió quizá a otros puntos de cultura celta. Y sigue:

Wake me when I’m gone

(Despiértame cuando me haya ido)

Ianotouta, eternity

Desconocemos si Ianotouta tiene alguna relación con alguna deidad o si sencillamente es la palabra gala para eternidad.

Proclaim our barren sacrifice

(Proclama nuestro sacrificio inútil)

On that ground we cherished life

(En esa tierra amamos la vida)

We embraced death

(Aceptamos la muerte)

As the children’s cries trailed off

(Mientras se perdían los llantos de los niños)

Sob yielded deathly hush

(Tras los sollozos llegaba un silencio mortal)

The grass was as green as it always was that sinister day

(La hierba era tan verde como siempre aquel día siniestro)

As we walked the alleys like thousand times before

(Mientras caminábamos por las calles como miles de veces antes)

I knew we’d stay

(Sabía que nos quedaríamos)

Outside Alesia

(Fuera de Alesia)

We offered a living sacrifice

(Ofrecimos un sacrificio en vida)

Outside the doors of Alesia

(Fuera de las puertas de Alesia)

Where our tears run dry

(Donde se secaron nuestras lágrimas)

Quizá, la referencia que hace la letra al sacrificio hecho en el exterior de Alesia, invite a interpretar toda la canción de Eluveitie como una reflexión hecha por una de las personas expulsadas de la ciudad y que encontraron su final de forma dramática en aquella tierra de nadie.

A comienzos de octubre llegó a las proximidades de Alesia el ejército formado por los pueblos aliados que habían recibido las solicitudes de auxilio que habían enviado los de Vercingétorix en su llegada a la ciudad. Este ejército de socorro era imponente, formado por varias decenas de miles de hombres (hay estimaciones de entre 50.000 y 60.000 hombres). Sin embargo, el procónsul se había preparado para esta eventualidad: tras construir la primera muralla que rodeaba Alesia y comunicaba los campamentos romanos, ordenó construir una segunda muralla paralela y frente a ella se colocaron estacas, fosos y toda clase de trampas y obstáculos que impidieran al ejército de socorro aproximarse a ella.

Reconstrucción de los obstáculos levantados por las tropas romanas. Fuente: timetravelrome.com.

Así, César y sus hombres estaban sometidos a una especie de asedio dentro de un asedio. Sin embargo, el tiempo seguía jugando en contra de los refugiados en Alesia, así que el primer día ya intentaron, sin éxito, romper las líneas romanas. Tras un segundo intento igualmente infructuoso, los galos lograron localizar un punto donde las defensas romanas eran más débiles a causa de la geografía y prepararon un ataque a ese punto que puso en jaque a los romanos, pues incluso desde Alesia los sitiados se organizaron para atacar el mismo punto. Para ambos bandos ese tercer encuentro era decisivo: los romanos se arriesgaban a que se unieran las fuerzas de Alesia y las del exterior y que estas lograsen romper las defensas romanas, mientras que los galos se quedaban sin tiempo y una tercera derrota podía suponer la pérdida total de esperanzas.

Consciente de ello, el propio César relata en su obra La guerra de las Galias cómo en ese momento decidió salir personalmente al encuentro de los enemigos, con la idea de que al ver su capa carmesí, sus hombres recuperasen la motivación para luchar. Gracias o no a su capa, el refuerzo al frente del cual se colocó el general desequilibró la balanza de nuevo en favor de los romanos. Los sitiados vieron cómo el ejército exterior era aplastado y decidieron abandonar la lucha y refugiarse de nuevo tras las puertas de Alesia, quedando de nuevo la victoria en manos romanas.

Al día siguiente, Vercingétorix reunió a los principales líderes en Alesia para tomar una decisión. Sobre la mesa tan solo dos opciones: el suicidio del líder galo o su entrega al enemigo. Finalmente la decisión fue la entrega de todos con vida. Poco a poco fueron saliendo de Alesia, entregando sus armas a los romanos y quedando a su merced.

Vercingétorix arroja sus armas a los pies de César, por Lionel Royer (1899).

El propio Vercingétorix se arrodilló ante César después de entregarle sus armas, este lo hizo encadenar y lo llevó con él a Roma encadenado como símbolo de su triunfo sobre la Galia. En Roma, el líder galo se mantuvo preso en el Tullianum (aunque algunos historiadores ponen en duda este dato), una célebre prisión próxima a los foros de la ciudad, a la espera de la celebración del triunfo de César para ser estrangulado a continuación. Sobre si fue estrangulado por orden de César o del Senado y sobre su encierro existen varias teorías distintas.

El triunfo de César en Alesia marcó el final de la Guerra de las Galias, a pesar de nuevas resistencias, batallas y asedios, el grueso de las tropas galas había sido derrotado, y en apenas dos años más, toda la Galia se convirtió en una provincia romana.


Bibliografía:

César, J. (2017). La guerra de las Galias. [Traducción de Ramírez de Verger, A.] Cátedra.

Goldsworthy, A. (2005). El ejército romano. Akal.

Goldsworthy, A. (2007). César. La biografía definitiva. La Esfera de los Libros.

Montanelli, I. (2003). Historia de Roma. Debolsillo.

Roldán, J. M. (2008). Césares. Julio César, Augusto, Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón. La Esfera de los Libros.

VVAA. (2017). La batalla de Alesia. El fin de la guerra de las Galias. 50Minutos.

Enlaces de interés:

Otra canción sobre Alesia: «Storm the Gates of Alesia«, de Ex Deo.

Para saber más sobre el asedio de Alesia, te recomendamos este podcast de HistoCast.

Alien Weaponry, Shepherds Reign y el metal polinesio

Seguro que en los últimos meses te has cruzado con el videoclip de la canción “Kai Tangata” de los jovencísimos Alien Weaponry (y si no, te animamos a verlo). Su éxito ha sido rotundo (más de siete millones de visualizaciones), y no es para menos, pues da gusto encontrar algo nuevo que escuchar, y esa mezcla de sonidos tradicionales polinesios con heavy metal desde luego tiene pocos precedentes.

Videoclip de «Kai Tangata» de Alien Weaponry.

Sin embargo, no están solos en lo de aunar estos dos elementos. A finales de 2019 el grupo Shepherds Reign publicó su canción “Le Manu”, cuyo video roza ya los dos millones de visitas (que tiene aún más mérito, pues no cuentan con el respaldo de ninguna discográfica.

Ambas bandas comparten una serie de elementos en común que son dignos de mención: para empezar ambas son de Nueva Zelanda, ambas mezclan elementos del folclore polinesio con heavy metal y, sobre todo, ambas se han abierto paso en la escena musical internacional a golpe de haka.

Si andas un poco perdido, el haka es una danza tradicional grupal propia de la cultura maorí y que realizaban los guerreros de esta cultura antes de una batalla para atemorizar al enemigo e insuflarse ánimos. Seguro que lo has visto en el mundo del rugby, pues los All Blacks lo popularizaron al realizarlo antes de cada partido.

Ejemplo de haka en un partido de rugby realizada por los All Blacks.

Pues bien, para entender lo que nos proponen estos dos grupos, demos unas pequeñas pinceladas sobre el video y canción “Kai Tangata” de Alien Weaponry: en este caso la influencia del haka no solo se hace evidente a través de las imágenes del videoclip, que reproducen esta danza, sino que la propia canción imita el ritmo y sonoridad de los cánticos y exclamaciones que acompañan al baile.

Además, la letra de la canción reproduce las letras de dichos cánticos: en ella se hacen alusiones al mundo guerrero maorí, a los tatuajes característicos de estos soldados y se invoca a Tūmatauenga, el dios de la guerra en la mitología maorí. Por cierto, Tūmatauenga, abreviado como , es también el título del, hasta ahora, único disco de la banda.

Portada del disco Tū (2018) de Alien Weaponry.

Como veis, su propuesta es bastante original, pero no solo nos atraen por eso, sino porque además su trabajo es toda una reivindicación. Para entenderlo, acudamos a “Le Manu” de Shepherds Reign.

Videoclip oficial de la canción «Le Manu» de Shepherds Reign.

En este caso, las referencias son muy similares, tanto en lo visual, como en lo sonoro, así como en la propia letra de la canción, en la cual se invoca a Le Manu. Según explica el vocalista de la banda y creador de la letra de la canción, Filiva’a James, se inspiró de nuevo en un haka realizado por el equipo de rugby de Samoa, en el que se alude a un guerrero mítico llamado Manu Samoa.

Durante la canción se pide a ese guerrero que los acompañe en la lucha, que los ayude a completar su misión dándoles fuerzas y habla del orgullo samoano. Y aquí es donde reside lo interesante.

Filiva’a explicó que la canción hablaba efectivamente de ese guerrero, pero lo que le pide es que le dé fuerzas a él y a su grupo para salir fuera para difundir la historia y culturas polinesias de la mejor manera posible. Para que las culturas nativas se sientan orgullosas de su pasado y costumbres.

Es un propósito muy parecido al que ha explicado en más de una ocasión la banda mongola The Hu, que aúna elementos del folklore mongol con un sonido muy potente y actual tratando temas de su cultura, y que ha tenido un enorme éxito.

Videoclip del éxito de The Hu, «Yuve Yuve Yu».

Por el momento, parece que Manu Samoa está ayudando a Filiva’a y los suyos, así como a Alien Weaponry en su propósito de dar a conocer culturas tan desconocidas para occidente como lo son las culturas polinesias. Esperamos que siga siendo así y que su éxito aliente a otras bandas a seguir su estela.

Con información de:

Hartmann, G. (08/01/2020). «Polynesian Metal Band Shepherds Reign is about to Blow Up«, en loudwire.com.

Perich, B. (21/01/2020). «Google Translate mistranslates new Shepherds Reign single«, en teaomaori.news. (Donde Filiva’a realiza una traducción al inglés de su canción).

Camp, Z. (28/03/2018). «Alien Weaponry: How Teenage Band Channels Maori Heritage into Haka Thrash Metal«, en revolvermag.com.