No es la primera vez que hablamos de In Extremo en este blog, y es que la relación de este grupo de folk metal alemán con la historia es mucho más profunda de lo que pueda parecer inicialmente, y estamos seguros de que no tardarán en volver a estas páginas. En esta ocasión los traemos para realizar con ellos un viaje que nos va a llevar a un acontecimiento que no sabemos si es histórico, pero que sin duda es un acontecimiento de la historia de la música: el Saengerkrieg o Wartburgkrieg.
Para ello nos trasladamos al siglo XIII, a la región alemana de Turingia. Por aquel entonces lo que hoy conocemos como Alemania era un territorio completamente fragmentado en distintos estados, la mayor parte de ellos regidos por una especie de príncipe que recibía el título de Landgrave. Pues bien, el Landgrave de Turingia a inicios del siglo XIII fue Hermann I, nieto por parte de madre de Federico I Barbarroja.

Hermann I había nacido en torno al año 1155, sus primeros años y la forma en que llegó al poder son algo confusos y se tienen pocas certezas, pero para 1197 ya era Landgrave. Lo que sí se sabe de su actividad como gobernante es que fue un hombre culto, que protegió y patrocinó a artistas de toda clase, pero especialmente a músicos. Su afición por la música le llevó incluso a hacer alguna incursión en el campo, pues a él se atribuye la composición de himnos de música sacra.
Sin embargo, lo que lo trae aquí es un episodio concreto de su vida, la organización de lo que se llamó Sängerkrieg o Guerra de los cantores de Wartburg. Un episodio que aun despierta mucho debate entre historiadores, musicólogos y filólogos, pues existen serias dudas de su veracidad histórica.

El Sängerkrieg fue un concurso de ministriles (Minnesänger en alemán), una especie de juglares característicos de la Alemania medieval, que organizó Hermann I en su palacio de Wartburg a propuesta de uno de los poetas más conocidos del momento, Heinrich von Ofterdingen, y que pasó a la historia como un gran combate entre músicos. En realidad In Extremo no cuenta el acontecimiento como tal en su canción, sino que lo emplea para establecer un paralelismo entre aquella competición y la competencia que se da en la actualidad en la escena musical, y así lo deja claro desde el primer verso: Damals wie heute zanken die Barden (Entonces como ahora, los bardos se pelean).
No obstante, la canción sí que incluye algunos (pocos) elementos que aluden al acontecimiento. Así, sin ir más lejos, el segundo verso dice: Wie Walter und Neidhardt vor achthundert Jahren (Como Walter y Neidhardt hace ochocientos años). Se está refiriendo a Walther von der Vogelweide, el que está considerado el poeta en lengua alemana más importante de la Edad Media, y uno de los más importantes de la historia alemana, y que supuestamente habría sido uno de los contendientes en el concurso.

Pero es que son precisamente los participantes los que arrojan dudas sobre la veracidad de los hechos: las fuentes que se refieren a tal acontecimiento son en realidad de naturaleza literaria, lo cual ya dificulta su análisis y contextualización. Tal es el caso del Codex Manesse, una recopilación de canciones de amor del siglo XIV que recoge estos hechos. Además, en ellas aparecen poetas y músicos que sí que existieron y que, de acuerdo a la cronología, pudieron participar, como ocurre con Walther von der Vogelweide. Pero también se citan otros personajes que o bien son puramente ficticios o, por fechas, no pudieron coexistir con los demás citados.
En cualquier caso, según la leyenda, el concurso enfrentó a seis de los mejores poetas y juglares de la época y se prolongó durante meses, llegando incluso a valerse de trucos y engaños para hacerse daño los unos a los otros. Todos debían componer e interpretar loas a los nobles que les servían de anfitriones, pero sirviéndose de esas malas artes, algunos consiguieron que sus oponentes acabasen ofendiendo al Landgrave de Turingia. Así fue en el caso de Heinrich von Ofterdingen, que llegó a ser condenado a muerte pero logró la protección de la esposa del Landgrave conmutando su pena por un año de suspensión.
La propia canción de In Extremo dedica la mayor parte de sus versos precisamente a hablar de esa competencia sucia, llegando a comparar a los músicos con cerdos, y poniéndose ellos mismos como ejemplos de ambición y lucha por alcanzar la cima.
Otra de las cosas que hacen dudar de la veracidad de los hechos es la inclusión de elementos fantásticos, propios de la literatura de la época, como lo es la participación en el concurso de un hechicero, Klingsor, que llegó para sustituir a Ofterdingen tras su derrota, y que al parecer invocó a un demonio durante sus actuaciones para que continuase por él el duelo. Aunque el demonio fue derrotado por Wolfram von Eschenbach.

Quizá a estas alturas hayas relacionado el nombre de Tannhäuser con estos hechos, y es que la ópera de Wagner que lleva por título su nombre ambienta su segundo acto precisamente en la Sängerkrieg de Wartburg (también cabe la posibilidad de que su nombre solo te sonase por la mención que se hace a la Puerta de Tannhäuser en la película Blade Runner). Sin embargo, Tannhäuser, a pesar de ser otro de los trovadores más conocidos de la Edad Media alemana, es algo posterior a estos hechos y no aparece citado en las fuentes. Fue Wagner quien estableció la relación entre las leyendas en torno a su figura y la leyenda de la Sängerkrieg de Wartburg.
En realidad resulta realmente complicado tratar de concretar algo o deducir alguna certeza en torno a esta competición musical, sin embargo la realidad es que la Sängerkrieg fue continuamente revisitada por la literatura posterior, y ya en la propia Edad Media algunos historiadores la dieron por cierta mientras otros la rechazaron. Y mientras tanto, quienes la relataban iban añadiendo nuevos detalles y cambios que hacen aun más difícil su interpretación. Quizá por ello en la canción de In Extremo se mencione esto para, en ese paralelismo con la actualidad, hablar de que no hay ganadores ni perdedores, porque ni siquiera en la leyenda podemos estar seguros de quién venció. De lo único de lo que podemos estar seguros es de que, como dice la canción: Ein Jeder singt sein eigen Lied / Auf der Wartburg hatten alle Platz. Cada uno cantaba su propia canción, pero había sitio para todos en Wartburg.

Referencias:
- Facsímil del Codex Manesse en la Universitäts-Bibliothek Heidelberg.
- Muro Aristizabal, B. (2012). Der Sängerkrieg auf der Wartburg. El tema de la lid de los poetas y su recepción literaria en Novalis, E. T. A. Hoffmann, Friedrich de la Motte Fouqué y Richard Wagner (Tesis doctoral). Universidad del País Vasco.
- Henken, J. ««O du mein holden Abendstern» de Tannhauser», en LAPhil.com.