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Lou Reed y el atentado contra Andy Warhol

Aunque no es su faceta más conocida, Andy Warhol, el rey del Pop Art, tuvo una estrecha relación con la música, y no nos referimos únicamente al diseño de célebres portadas como Sticky Fingers de los Rolling Stones (incluso alguna no tan conocida como la del Made in Spain de Miguel Bosé), sino a su papel como productor musical.

Warhol forjó una gran amistad con artistas musicales como Nico o Lou Reed. De hecho, una de sus portadas más famosas fue la de The Velvet Underground and Nico, el primer álbum de The Velvet Underground, del que Warhol fue, además, director artístico y productor.

Portada de The Velvet Underground and Nico.

Este disco vio la luz en marzo de 1967, y en 1969 Lou Reed, líder de The Velvet Underground, dedicó una canción al artista titulada «Andy’s Chest». Sin embargo, no era una canción romántica, no pretendía exaltar la amistad entre ambos, sino que se dedicaba a exponer un episodio traumático de la vida del padre del Pop Art.

La canción comienza con una serie de versos tremendamente poéticos y en los que no parece haber nada que aluda al episodio que aquí tratamos hasta que llegamos a la frase: «And all the venom snipers after you» (y todos los francotiradores venenosos detrás de ti). Si hasta ahora en la canción todo podía parecer una metáfora de la figura de Warhol como personaje público y de notable fama, de pronto aparece esa frase que alude directamente a lo que aconteció el 3 de junio de 1968.

Aquel día, el artista llegó a su estudio, la mítica The Factory, ubicada en la quinta planta de un céntrico edificio de Manhattan, y en el ascensor coincidió con Valerie Solanas. No eran desconocidos: Solanas era de sobra conocida, la escritora feminista que había publicado el Manifiesto SCUM, y que además había participado en la película del propio Warhol I, a Man. La escritora le había enviado el guion de una obra de teatro que quería que el artista produjese. Sin embargo, Warhol había rechazado la propuesta, e incluso le había confesado que había perdido el guion que le había enviado (hasta tal punto llegaba el desinterés por la obra).

Al llegar a la planta de The Factory, Warhol se adelantó y, nada más salir del ascensor, el director de cine Paul Morrisey, que colaboraba con el artista, le pasó un teléfono. Además, en el estudio se encontraban también el crítico de arte Mario Amaya y el encargado Fred Hughes. Cuando terminó la conversación por teléfono, Solanas desenfundó una pistola y comenzó a disparar contra los allí presentes: Warhol esquivó las dos primeras balas dirigidas a él, pero no la tercera, que le hirió en el costado. También Amaya resultó herido en la cadera. Hughes también fue objetivo del arma de fuego, pero consiguió esquivar la bala. Y antes de que pudieran detener a la agresora, esta se esfumó de nuevo por el ascensor.

Warhol mostrando las heridas de bala y las cicatrices de la operación durante una sesión de fotos con el fotógrafo Richard Avedon. Fuente: mauramcgurk.com

Amaya recibió el alta aquel mismo día, pero Warhol fue sometido a una operación de la que tardó varios meses en recuperarse. Por su parte, Solanas se entregó la misma noche del atentado a la policía declarándose culpable de intento de homicidio y tenencia ilícita de armas. Cuando la policía le interrogó sobre los motivos, declaró que Warhol intentaba arrebatarle su trabajo, y además, añadió, había más motivos expuestos en su manifiesto.

El Manifiesto SCUM, que había publicado el año antes de este atentado, teorizaba que los hombres sentían envidia de las mujeres. Era una especie de teoría de envidia del pene de Freud a la inversa, y afirmaba que ese era el motivo por el que los hombres oprimían y humillaban a las mujeres. Pero iba más lejos, y en su teoría apostaba por el exterminio de los hombres como única forma de acabar con el patriarcado. Quizá aquel 3 de junio de 1968 Solanas había intentado comenzar ese exterminio por el estudio de Warhol.

Valerie Solanas arrestada. Fuente: Flickr.

El artista rechazó testificar en el juicio, pero igualmente Solanas fue condenada a tres años de cárcel y trasladada a un centro psiquiátrico al serle diagnosticada una esquizofrenia paranoide. Pero ojo, porque la historia y su relación con la música no acaban aquí.

Aunque Warhol declaró en varias entrevistas que todo terminó tras aquel atentado, que nunca volvió a ser el mismo porque se sentía continuamente perdido, e incluso hay autores que usan la fecha del atentado para cerrar la denominada Edad de Plata del artista, lo cierto es que algunas de sus obras más famosas se realizaron con posterioridad a los hechos. Y entre esas obras destaca una serie de pistolas, las famosas pistolas a las que se refiere Héroes del Silencio en sus canciones «Cuadro I», «Cuadro II» y «Cuadro III», y entre las que se encuentra exactamente el modelo que empleó Solanas contra él. La obra Pistola, concretamente, data del año 1981.

Pistola, pintura de Andy Warhol (1981).

El paso de Solanas por el centro psiquiátrico no le ayudó mucho. Al salir de la prisión se dedicó a escribir cartas amenazadoras a distintas personalidades, entre ellas el propio Warhol, y acabó sus días en la pobreza, mendigando y hay quien dice que incluso prostituyéndose para poder salir adelante.

Ella tampoco se quedó sin tributo musical: en 2019 el grupo de rap español, Los Chikos del Maíz, le dedicó una canción y un videoclip bajo el título «Valerie Solanas (Stop Making Stupid People Famous)», que incluye versos como «yo Anguita, tú Amancio, yo el rancio, tú el majo / Yo Valerie Solanas disparando al imbécil de Warhol», y que termina con la frase «Dispara al famoso como Valerie Solanas». Pero antes incluso que ellos, fue el propio Lou Reed el que le había dedicado una canción a la escritora. Efectivamente, de nuevo Lou Reed.

Después de la repentina muerte de Warhol en 1987, Lou Reed se reunió con John Cale para escribir un álbum dedicado íntegramente al artista. Reed y Cale, habían fundado The Velvet Underground bajo el patrocinio de Warhol y querían rendirle un homenaje que se publicó en abril de 1990 bajo el título de Songs for Drella. En aquel disco incluyeron, en el undécimo lugar, una canción titulada «I Believe» que ya no tenía esos enigmáticos versos de la anterior «Andy’s Chest», sino que resumía de forma explícita el intento de asesinato:

Valerie Solanis took the elevator
Got off at the 4th floor
Valerie Solanis took the elevator
Got off at the 4th floor
She pointed the gun at andy saying
You cannot control me anymore

I believe there’s got to be some retribution
I believe an eye for an eye is elemental
I believe that something’s wrong if she’s alive right now

Valerie Solanis took three steps
Pointing at the floor
Valerie Solanis waved her gun
Pointing at the floor
From inside her idiot madness spoke
And bang, andy fell onto the floor

I believe life’s serious enough for retribution
I believe being sick is no excuse and
I believe i would’ve pulled the switch on her myself

When they got him to the hospital
His pulse was gone they thought that he was dead
His guts were pouring from his wounds
Onto the floor they thought that he was dead
Not until years later would
The hospital do to him what she could not, what she could not

«where were you, you didn’t come to see me»
Andy said, «i think i died, why didn’t you come to see me»
Andy said, «it hurt so much, they took blood from my hand»

I believe there’s got to be some retribution
I believe there’s got to be some retribution
I believe we are all the poorer for it now

Visit me, visit me
Visit me, visit me
Visit me, why didn’t you visit me
Visit me, why didn’t you visit me
Visit me, visit me
Visit me, why didn’t you visit me

Referencias:

Dimetry, R. (2018). 1001 discos que hay que escuchar antes de morir. Grijalbo.

Fahs, B. (2014). Valerie Solanas: The Defiant Life of the Woman Who Wrote Scum (and Shot Andy Warhol). City University of New York.

Riaño, P. (28/01/2018). «La pistola que no mató a Andy Warhol, pero acabó con su vida», en El Español.

Amiguet, T. (04/06/2018). «Los 15 trágicos minutos de fama de Warhol», en La Vanguardia.

A. C.. (23/02/2018). «Cuando Valerie Solanas disparó tres veces a Andy Warhol», en ABC.