Rainbow Warrior – Un barco y mucho heavy metal ecologista

En 1991 el grupo de heavy metal argentino Rata Blanca publicó su tercer álbum titulado Guerrero del arco iris, que incluía en sexto lugar una canción homónima con un claro mensaje ecologista. Apenas seis años después, la banda española Avalanch incluiría en su disco La llama eterna un tema titulado «Rainbow Warrior», traducción al inglés de Guerrero del Arco Iris pero que no era una traducción de la canción de los argentinos, sino un tema completamente nuevo.

La coincidencia en los títulos de ambos temas no se debía a ningún tipo de homenaje, sino una referencia común: el Rainbow Warrior, el buque insignia de la organización Greenpeace y un hito en la historia de los movimientos ecologistas.

La historia e imagen de Greenpeace ha estado siempre muy vinculada a sus barcos desde su propia fundación: en 1971 un grupo de activistas creó la plataforma «No Make a Wave Committee» con la intención de detener las pruebas nucleares que gobiernos como el de Estados Unidos o el de Francia estaban llevando a cabo. Su nombre se debía a la creencia que tenían de que dichas pruebas podían llegar a crear un maremoto.

Algunos de los primeros activistas de Greenpeace. Fuente: Greenpeace.

Incapaces de detener las pruebas, a una de ellos, la activista Marie Bohlen, se le ocurrió que solo con la presencia física en el lugar donde se fueran a realizar unas pruebas provocaría el impacto suficiente para salir en los medios y lograr detenerlas. Así que se pusieron manos a la obra para organizar un viaje en barco hasta el atolón de Amchitka, siguiente objetivo del gobierno estadounidense.

Para recaudar fondos organizaron una serie de conciertos en los que participaron de forma completamente altruista cantautores de la talla de James Taylor, Joni Mitchell o Joan Baez. Y de esta manera consiguieron el dinero necesario para embarcarse en el Phyllis Cormack, un pequeño barco de pesca que fue rebautizado en el viaje con el nombre de Green Peace (origen del nombre de la organización).

Algunos miembros de la expedición con el Phyllis Cormack detrás, ya rebautizado como Green Peace. Fuente: The New York Times.

En cierto sentido, el viaje fue un fracaso, los marineros eran gente sin experiencia alguna, y rápidamente fueron interceptados por la guardia costera. Sin embargo, el viaje tuvo una enorme repercusión mediática y provocó una oleada solidaria que llevó incluso a que civiles bloqueasen la frontera entre Canadá y Estados Unidos como protesta. Las pruebas se celebraron, pero el gobierno estadounidense se comprometió a no realizar nuevos ensayos

Había nacido Greenpeace como movimiento, pero, ¿dónde estaba el Rainbow Warrior?

Durante el viaje del Green Peace, la tripulación hizo una parada en la costa de Canadá, donde fueron acogidos por la tribu cree, un pueblo nativo americano que, por cierto, aparece mencionado en la canción «Run to the Hills» de Iron Maiden. Al enterarse de la misión de los tripulantes, los cree los relacionaron con una leyenda suya que decía que algún día la codicia del hombre blanco provocaría la muerte de los peces, la caída de las aves, el ennegrecimiento de las aguas y la caída de los árboles. La Tierra caería enferma, pero surgiría un grupo de personas que despertarían para crear un mundo nuevo, los Guerreros del Arco Iris. Los bendijeron y les entregaron una serie de símbolos totémicos para que tuvieran protección durante el viaje. 

La canción de 1991 de Rata Blanca precisamente gira en torno a esta leyenda de los indios cree, y la letra reproduce prácticamente su contenido.

Aquel encuentro causó tanto impacto entre los primeros activistas de Greenpeace, que cuando se fletó el primer buque de la organización en 1978, un barco de pesca que compraron en el Mar del Norte, decidieron rebautizarlo como Rainbow Warrior en recuerdo de la leyenda cree.

Sin embargo, la vida del Rainbow Warrior no fue muy larga: tras encabezar algunas de las primeras y más emblemáticas acciones de la organización, se convirtió en símbolo no solo de la ONG, sino del movimiento ecologista, así que se convirtió también en objetivo de ataques. El día 10 de julio de 1985 el Rainbow Warrior se hundió a causa de un atentado que sufrió a manos de los servicios secretos franceses. Con él se llevó también la vida del periodista Fernando Pereyra, única víctima mortal de la historia de Greenpeace.

El Rainbow Warrior hundido en el puerto de Auckland (Nueva Zelanda) tras el atentado. Fuente: La Vanguardia.

Cuatro años después, en 1989, Greenpeace adquirió un nuevo buque, esta vez un gran velero, al que rebautizaron de nuevo con el nombre de Rainbow Warrior, oficialmente el Rainbow Warrior II. La trayectoria de este barco en manos de los ecologistas fue más larga que la de su predecesor, y no terminó de forma tan traumática: en 2011 fue donado a la ONG humanitaria Friendship para servir de barco-hospital en el Golfo de Bengala.

El Rainbow Warrior II. Fuente: Wikimedia.

Pero el Rainbow Warrior sigue siendo el buque insignia de la organización porque aquel mismo año, en 2011, Greenpeace botó el primer barco construido expresamente para ellos: el Rainbow Warrior III, que se encuentra actualmente en activo. Durante el acto de botadura del nuevo navío la madrina del barco y activista de la ONG, Melina Laboucan-Massimo, que además es miembro de la tribu cree, leyó de nuevo la leyenda-profecía.

El Rainbow Warrior III. Fuente: Greenpeace.

En realidad ambas canciones están dedicadas a esa leyenda cree, pero ambas incluyen referencias directas a la organización y a sus barcos: el tema de Avalanch tiene un lenguaje muy poético, sin embargo incluye versos como «Nuestra armadura lleva símbolos de paz» que parecen referirse precisamente a dichos navíos. Y es que esos símbolos totémicos que el pueblo cree entregó a aquellos primeros activistas se han conservado siempre en todos los barcos de Greenpeace como símbolos de paz, protección y suerte.

Por su parte, en el propio videoclip oficial de Rata Blanca aparecían muchas imágenes de Greenpeace, y al final del video se hace una mención a la organización a través de un texto que termina con la dedicatoria: «Rata Blanca agradece a Greenpeace y dedica este tema a todos los que saben que el tiempo de los Guerreros del Arco Iris ha llegado». No es de extrañar que sea precisamente Rata Blanca, la que dedicase ese primer tema a la organización, pues la ONG ha tenido siempre una relación muy estrecha con Argentina, y de allí son buena parte de sus socios y activistas, aunque también muchos críticos.

Pero no son estas las únicas bandas de música que han tenido relación con la organización ecologista: grupos tan importantes como R.E.M., U2 o Queen colaboraron en el pasado con Greenpeace, y más recientemente grupos de heavy metal como Gojira han mostrado públicamente su apoyo.

Por cierto, Amchitka, ese atolón al que se dirigía la primera expedición, es hoy una reserva ornitológica, mientras que los restos hundidos del primer Rainbow Warrior hoy forman parte de uno de los arrecifes artificiales más grandes del mundo.

Restos sumergidos del Rainbow Warrior. Fuente: Sailing Roots.

Referencias:

  • Mompó, M. (2015). Rainbow Warriors. Historias legendarias de los barcos de Greenpeace. Pollen.
  • Brown, M. y May, J. (1989). Historia de Greenpeace. Raíces.
  • Hunter, R. (2005). Viaje a Amchitka. La odisea medioambiental del Greenpeace. El Viejo Topo.

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