Cuenta la leyenda que la noche del 23 de septiembre de 1877, un grupo de personas, bajo una brillante luna, bebieron, cantaron y compartieron poemas sobre guerra, honor y muerte. A la mañana siguiente, los últimos samuráis eran definitivamente derrotados en Shiroyama y la rebelión de Satsuma llegaba a su fin.
Inspirados por esta historia, la banda sueca Sabaton compuso la canción de Shiroyama en la que se narra esta última batalla que significó la desaparición de los samuráis como clase social. La canción se incluye en su octavo álbum de estudio, publicado en 2016, llamado The Last Stand. Se trata de un álbum conceptual en el que, literalmente, se cuenta «la historia de un extraordinario acto de desafío por parte de una unidad militar superada en número o sin armamento». En el caso que nos atañe, esta última resistencia no es solo un acto militar remarcable sino que es la defensa del modo de vida samurái frente a la occidentalización del país que se empezó a desarrollar en la conocida como la Restauración Meiji.
Antes de adentrarnos en la canción de Sabaton es necesario realizar unos apuntes sobre el contexto histórico que precede al trágico final de Shiroyama. Nos trasladamos así a 1854, año en el que se firmó el tratado de Kanagawa entre Japón y Estados Unidos que ponía fin a la política aislacionista del estado nipón. Esta situación mostró a la sociedad japonesa el atraso que tenían con respecto a otras potencias y el prestigio del shogunato quedó en entredicho. Este fue el caldo de cultivo para una guerra entre tradicionalistas y modernistas que acabó con la victoria de los partidarios de la modernización del país para poder constituirse como una nueva potencia. La restauración se llevó a cabo en 1868 y en ella se restituyó el poder del emperador Mutsuhito que, con anterioridad, había tenido un mero papel simbólico.
It’s the nature of time
That the old ways must give in
It’s the nature of time
That the new ways comes in sin
En estas primeras estrofas, Sabaton nos pone en la tesitura de que lo nuevo ha entrado en contacto con lo antiguo, y que lo tradicional acabará por sucumbir ante el avance natural. ¿Cómo se produjo este acontecimiento en Japón? En un principio, los que apoyaron la modernización del país dieron por sentado que la restauración del poder imperial serviría para lograr un país más moderno, capaz de competir con el resto del mundo pero no se atendió a la posibilidad de que estos cambios pudieran trastocar la sociedad tradicional japonesa.
Unos cambios que se realizaron a través de medidas entre las que hay que destacar la más drástica de ellas, que no fue otra que la abolición de la clase samurái. Esto se hizo rápidamente a través de reformas como la supresión de los feudos en favor de las prefecturas, controladas por el gobierno central y en propiedad del mismo, así como el cambio en el status social de la clase samurái. En un principio, el modo de vida de los daimyôs y samuráis que auparon esta restauración del poder imperial no sufrió cambios, pues pronto formaron parte del nuevo gobierno. Sin embargo, el estado comenzó a adoptar medidas sociales encaminadas a minar los privilegios y, con ello, la influencia de la clase samurái sobre el resto de la sociedad. Estas medidas incluso afectaron a la vestimenta, el lenguaje y la cultura, resultando una verdadera afrenta a las tradiciones japonesas.

When the new meets the old
It always end the ancient ways
And as history told
The old ways go out in a blaze
Encircled by a vulture
The end of ancient culture
The dawn of destiny draws near
Sabaton muestra en estas líneas que las antiguas costumbres se apagan de manera drástica y que la antigua cultura se encuentra rodeada y atacada por «lo nuevo». Ciertamente, el final del mundo samurái ocurrió de forma violenta y rápida. Es en este punto en el que hace aparición nuestro protagonista, Saigô Takamori.
Saigô fue uno de los generales que apoyaron la restauración Meiji e incluso formó parte del gobierno hasta que, en 1873, debido a una serie de desavenencias políticas, decidió retirarse al antiguo feudo de Satsuma, ahora conocido como prefectura de Kagoshima, y fundar una academia militar. En estas academias se estaba entrenando a un ejército privado fiel a Satsuma y pronto saltaron las alarmas en la corte imperial. Esta preocupación no era en vano, pues el dominio de Satsuma había resultado vital para la restauración del poder imperial y en él se encontraba un verdadero arsenal militar. El gobierno central decidió que ese arsenal debía ser trasladado a Osaka y se realizó una operación secreta nocturna que fue frustrada por los guerreros de la provincia.
Cuando ocurrió este incidente Saigô se encontraba fuera de la provincia y al volver se encontró con un territorio en crisis en el que corría el rumor de que el gobierno central quería asesinarlo e intervenir militarmente en la zona. Además, en el fondo, también estaban las cuestiones acerca del modo de vida samurái que estaba siendo destruido.
Por estos motivos, en febrero 1877, el ejército de Satsuma se organizó y comenzó la expedición hacia Tokio para protestar ante el emperador por lo que él consideraba un gobierno corrupto y amoral. Hay que destacar que su lealtad estaba con el emperador y detestaba convertirse en un rebelde hacia un gobierno que él mismo ayudó a construir. Sin embargo, debido a las afrentas de Tokio decidió partir hacia allí para luchar contra los verdaderos enemigos del emperador.
En el camino se realizó un asalto al castillo de Kumamoto que resultó un fracaso. Con ello, las expectativas de llegar a Tokio quedaban truncadas y la rebelión comenzaba a diluirse. El ejército imperial se hizo fuerte con la derrota de Saigô y los arrinconaron en la colina de Shiroyama.
Imperial force defied, facing 500 samurai
Surrounded and outnumbered
60 to 1, the sword face the gun
Bushido dignified
It’s the last stand of the samurai
Surrounded and outnumbered
El estribillo de esta canción muestra el resultado final de esta campaña militar que se saldó en la colina Shiroyama. Allí, un grupo de unos cientos de samuráis tomaron posiciones alrededor de la cresta y fueron rodeados por un ejército de alrededor de treinta mil efectivos. Las fuerzas imperiales comenzaron un bombardeo constante de artillería.
An offer of surrender
Saigo ignore contender
The dawn of destiny is here
La leyenda cuenta que el 23 de septiembre el general imperial Yamagata envió una carta a Saigô instándole a abandonar su lucha. Un mensaje en el que alababa el honor demostrado a través de su valiente lucha y en el que no se ofrecía clemencia ni una rendición al uso. Como bien describe Sabaton, Saigô ignoró la oferta y el ejército imperial se preparó para el asalto final que tendría lugar a la mañana siguiente.
Sin posibilidades de victoria, los supervivientes lanzaron una carga colina abajo bajo un fuego intenso en la que Saigô resultó gravemente herido. Tras esto, fue retirado del campo de batalla y se alejó a un lugar tranquilo para cometer seppuku, el suicidio ritual por desentrañamiento de los samuráis. Este acto es controvertido porque no se encontraron heridas en el abdomen de Saigô. Sin embargo, se sabe que su segundo, Beppu Shinuske, decapitó a Saigô y escondió su cabeza.

Fuente: Wikipedia.
Until the dawn they hold on
Only 40 are left at the end
None alive, none survive
Shiroyama
Tras la muerte de Saigô, solo quedaban vivos unos cuarenta samuráis que decidieron cargar contra el ejército bajo el fuego enemigo y morir. De esta forma la rebelión de Satsuma llegaba a su fin y con ella morían los valores de los samuráis.
Esta rebelión se considera la verdadera guerra a la que tuvo que hacer frente la Restauración Meiji. Se tardó alrededor de seis meses en sofocarla y las pérdidas humanas fueron cuantiosas. El fracaso de las rebeliones samuráis se produjo por su propia concepción del mundo y la nula cooperación entre ellos. Como resultado, el gobierno pudo encargarse de cada revuelta de forma individual.
Más tarde, Saigô fue perdonado de forma póstuma por el emperador y se convirtió en un héroe nacional, que representaba los valores de los samuráis y la cultura japonesa. Debido a ello, a día de hoy, la visión que se tiene de Saigô Takamori no es la de un mero samurái, sino un mito que se ha trasladado a la literatura, al arte, al cine y, en este caso, a la música. Lo cual es significativo pues en el imaginario popular se conoce a Saigô como «el último samurái».

Derecha: Estatua de Saigô vestido con ropa tradicional. Parque Uedo (Tokio). Fuente: gotokio.org
Bibliografía:
Buck, J. H. (1973). The Satsuma Rebellion of 1877. From Kagoshima Through the Siege of Kumamoto Castle. Monumenta Nipponica, 28(4), 427-446.
Harootunian, H. D. (1959). The Progress of Japan and the Samurai Class, 1868-1882. Pacific Historical Review, 28(3), 255-266
Jansen, M. B. (2002). The Making of Modern Japan. Harvard University Press.
Mounsey, A. H. (1879). The Satsuma Rebellion: An Episode of Modern Japanese History ; with Maps. J. Murray.
Turnbull, S. (2011). Samurai: The World of the Warrior. Bloomsbury Publishing.